Un tema puntual que desvela a todos los apicultores es la sanidad en las colmenas. Sobre la misma, aún hoy, los productores no se ponen de acuerdo si es conveniente realizar el tratamiento sanitario a nivel preventivo o esperar los síntomas característicos de la enfermedad para, ahí si, comenzar la curación.
Tratamiento sanitario en las colmenas
De acuerdo a la experiencia de cada apicultor, es sabido que, por más numerosa y fuerte que esté la colmena, la misma no está exenta de estar incubando alguna enfermedad; y ocurre en más de una ocasión, estando declarada la enfermedad, que ya es tarde para realizar el tratamiento sanitario correspondiente.
Las aplicaciones sanitarias preventivas, en general se hacen en dos oportunidades, a razón de una por semana; y si es a nivel curativo en tres oportunidades. Lo importante es que el productor sepa cuál colmena debe ser tratada a nivel preventivo, y cuál a nivel curativo. Para ello, cuando realiza la primera aplicación sanitaria, previa revisación de la cámara de cría, determina, marcando la colmena, ante la posibilidad de que ésta se encuentre gestando alguna enfermedad y, por tal motivo, previo al segundo tratamiento, vuelve a revisarla, para ver cómo reaccionó después de la primera aplicación. En ese momento el apicultor decide si aplica el remedio por segunda y última vez, o bien al dejar marcada la colmena, significa que el tratamiento será a nivel curativo, o sea una tercera aplicación.
Dentro de la importancia que tiene la sanidad en las colmenas, hay un hecho puntual sobre el cual el apicultor no consigue ponerse de acuerdo: que producto debo que utilizar. Existen productos que fabricados por laboratorios reconocidos exclusivamente para combatir enfermedades de las abejas; pero también hay otros que han sido creados para otro tipo de especies, como son acaricidas para vegetales o garrapaticidas para animales domésticos, y el productor emplea éstos en lugar de los específicos, generalmente por una cuestión económica.
Lo mismo ocurre con la preparación de “remedios caseros”, con la droga base como el fluvalinato, pero careciendo, por no contar con ello, del debido control de dosificación para cada tira impregnada, provocando un lógico desequilibrio en la aplicación del mismo en las colmenas.
En definitiva, el apicultor debe tener en cuenta sobre este tema dos puntos fundamentales:
1- Realizar los tratamientos sanitarios en la época que corresponda; cuando hay poco y nada de aporte, y lo mismo referido a la postura de la reina; tanto cuando se realizan las revisaciones otoñales como en las de primavera.
2- Utilizar productos reconocidos que contengan Oxitetraciclina, Fumagilina, Fluvalinato, Flumetrina, Cimiazol, Amitraz, Acido Fórmico, Aceites Esenciales, y todos aquellos que sean específicos para las abejas, y que los mismos se encuentren amparados por Laboratorios de reconocida trayectoria.
Ing. Zoot. Guido Gomez Proto
Suena a Campo es una matriz de comunicación multimedios dedicada exclusivamente al rubro agropecuario.