«La situación económica es muy precaria. La economía terminó el año 2022 con una inflación de casi el 100%, que demolió el poder de compra. El enorme desorden cambiario reflejado en un diseño de dólares para cada actividad, con escasez de reservas en el Banco Central y con un perfil de deuda interna muy exigente por lo abultado de los vencimientos que habrá que enfrentar durante el año 2023«, comenzó el análisis de la situación económica de la provincia y el país, el licenciado en economía, Eduardo Robinson, a pedido de Suena a Campo.
Asimismo, el experto explicó que el nivel de actividad «se amesetó«. Y que las fuertes restricciones a las importaciones hizo que falten insumos, repuestos y bienes de capital. «Por estas razones, la foto macroeconómica no es para nada alentadora«, vaticinó.
En rigor, para Tucumán «la situación es muy delicada. El cuadro social es complejo«, indicó Robinson y agregó: «La economía provincial no es atractiva para la inversión. Esto se traduce en un mercado laboral débil, de baja productividad, que se evidencia en que los niveles salariales del sector privado en Tucumán son de los más bajos del país«.
El sector citrícola fue uno de los más golpeados
Consultado por los sectores más representativos de la economía provincial, Robinson destacó a la actividad citrícola: «El año 2022, tampoco fue un año bueno para el sector citrícola por la incidencia del conflicto entre Rusia y Ucrania que derivó en serios problemas para exportar. Es claro que no hay una política económica que aliente la competitividad en Tucumán«.
La sequía, el contexto internacional y las medidas políticas conformaron la tormenta perfecta para el campo
Sin dudas, al mirar el cuadro del sector productivo no se presenta nada alentador. En este sentido, Robinson explicó que los factores que desencadenaron la tormenta perfecta para el sector productivo fueron las condiciones agroclimáticas, el contexto internacional y las medidas políticas mal implementadas. «La sequía está amenazando la cosecha gruesa«. A su vez, «las retenciones que el gobierno decidió reimplantar durante 2019 y el atraso del tipo de cambio, terminan conformando un panorama muy complejo«.
Por otro lado, los efectos de esta situación, «no quedan encapsulados en el sector productivo, sino que tendrán efectos en la macroeconomía como por ejemplo, en la escasez de dólares«, indicó Robinson. En consecuencia, «al debilitarse el ingreso de divisas al Banco Central, crecerán las presiones devaluatorias y eso impacta en las expectativas de inflación«. En otras palabras, «la economía está muy condicionada por el factor climático. Habrá que esperar a ver cómo impactan esas condiciones en la economía de Tucumán, altamente dependiente de la industria azucarera y citrícola«, dijo Robinson.
Suena a Campo