La medida apunta a los pobladores de Misiones, Corrientes, Formosa, Chaco, Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires y fue emitida por el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, en el marco de la Ley 27.287 para el Sistema Nacional para la Gestión Integral del Riesgo y la Protección Civil.
Las recomendaciones publicadas son:
- Ahorrar agua en el consumo diario.
- Mantener constantes medidas de higiene: no acumular basura y controlar los insectos y cualquier tipo de plagas.
- No realizar, bajo ninguna circunstancia, quema de basura, pastizales o cualquier corteza vegetal. De este modo se reducen las posibilidades de provocar incendios forestales.
- Almacenar agua de lluvia y utilizarla para regar.
- Recordar tener siempre a mano los números de protección civil, bomberos y policías de tu zona.
Juan José Neiff, investigador del Conicet en Corrientes, indicó que los bajos niveles del río llevan «más de 731 días» y pronosticó que seguirá así, al menos, «hasta diciembre». “Desde 1901, que se inició el registro hidrométrico en Corrientes, no se presenta una situación similar, tan extendida en el tiempo”, agregó.
Problema ambiental
Las consecuencias que la gran bajante del Paraná trajo ya impactan en el abastecimiento de agua en algunas ciudades, pero también tendrá efectos en la flora y fauna de la región.
«Lo que está ocurriendo en el Río Paraná es un auténtico holocausto ambiental y es el resultado directo de una serie compleja de intervenciones antrópicas asociadas a la expansión del extractivismo agroindustrial, ganadero, forestal, fluvial y minero«, indicó a Télam el miembro de la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas, Rafael Colombo.
En esta línea, remarcó que la gran cantidad de embarcaciones que circulan por allí diariamente «genera mucha presión y mucho hostigamiento sobre el río y está ligado a la pérdida y a la conservación del suelo fruto del deterioro de bosques, de la selva y los montes nativos que han generado que los suelos hayan perdido la capacidad de absorber el agua de las lluvias para poder preservarla y posteriormente derivarla a vertientes, arroyos».
El especialista puso el foco sobre el modelo de producción que deteriora fuertemente los biomas argentinos y alertó: «Estamos yendo hacia un proceso de sabanización de nuestros ecosistemas, es decir, se vuelven sabanas, que son ecosistemas secos, áridos, típicos de zonas tropicales y subtropicales».
Fuente: BAE negocios