Según estimaciones de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC) nos encontramos en la etapa final de la cosecha de caña de azúcar, y el área afectada por procesos de quema ya alcanzó las 30.000 hectáreas.
En diálogo con Suena a Campo, el coordinador del subprograma agronomía de la caña de azúcar de la EEAOC, dr. Eduardo Romero informó que «se ha recolectado más del 70% de la materia prima disponible con una tasa de molienda importante. De mantenerse este ritmo, se estima que quedan 30 a 40 días de zafra«, aclarando que siempre se presentan ciertas variaciones entre los ingenios.
Con respecto a los números aproximados de molienda que tendremos este año, Romero señaló que “el recálculo que hizo la sección de sensores remotos de la estación experimental hace un mes aproximadamente, fue de unas 14.200.000 toneladas, un número no muy lejano a lo que se estimó a principios de año. Asimismo, este valor con respecto al año pasado sí fue un 6 a un 7% menor”.
y añadió, “se está avanzando con mucha rapidez, por eso se estima que en un mes ya finalizará la zafra”.
Ventajas en la zafra de esta campaña
Romero resaltó que la gran ventaja respecto de la zafra del año anterior es que “se empezó temprano”,- casi un mes antes que el año pasado-. Por otro lado, el volumen de caña fue un poco menor y la molienda se dio sin interrupciones, ya que no hubo lluvias ni problemas serios que afecten a la cosecha.
“Esperemos que no suceda lo del año pasado, y que se reinicien las lluvias a mediados de octubre para no tener que sufrir las significativas consecuencias de la sequía, que generó pérdidas en lotes de caña y afectaron su calidad”, manifestó el doctor.
Mapas satelitales con información de relevancia
Otra novedad es que la Estación Experimental presentó un mapa satelital de la superficie cañera en distintos niveles.
“En realidad, la sección de sensores remotos de la EEAOC prepara diferentes tipos de mapas. El más básico de ellos es el que se realiza a principios de año, donde se establece por niveles la productividad de la caña. También se marca y se establece toda el área cañera cosechable. A medida que corre la zafra, se van efectuando diferentes mapas con las zonas ya cosechadas”, amplió Romero.
Un aspecto importante a destacar dijo Romero y que “hay que felicitar a los cañeros y a los ingenios, porque gran parte de lo que ya se cosechó corresponde a la caña que estaba más afectada por las heladas de junio y julio. Adelantando la zafra se minimiza y reduce en gran medida los daños y efectos adversos causados por las bajas temperaturas”.
Mapas que revelan las zonas afectadas por la quema
El Dr. Romero comentó que además se realizan mapas correspondientes a los focos de quema, tanto las zonas que han sufrido quema de caña en pie como de rastrojos. Ambas prácticas están prohibidas y es tremendamente negativo para la actividad cañera.
A su vez “hasta hace 10 días, se estimó una superficie de 30.000 hectáreas que habían sufrido proceso de quema”, señaló Romero.
Existen otros tipos de mapas que también genera la sección de sensores remotos como, por ejemploe, la forma en que se fue ampliando el área cañera sobre la granera, cómo así también las zonas que rotan con soja para las nuevas renovaciones.
“El tema de sensores remotos es una herramienta muy útil, que genera una diversidad de información y de calidad, que asegura un análisis evolutivo, dinámico y de mayor precisión, tanto de caña de azúcar como de otros cultivos también relevantes para Tucumán- como los cítricos, los granos, etcétera”, explicó.
Quema de cañaverales, un problema cultural
La quema de cañaverales, en este momento, es el problema más serio por los daños qué genera a la actividad como los daños globales a toda la sociedad. En este sentido es importante destacar un aspecto, que “desde la estación experimental estamos convencidos que no son los cañeros los responsables globalmente de los daños que produce la quema. Ya que estos son los primeros damnificados, porque pierden calidad como así también producción”, manifestó Romero.
Además, indicó que al estar prohibida la molienda de caña quemada, el productor no puede llevar su materia prima. Y en el caso de ser molido este material, el cañero sufre multas. Asimismo, en el caso de quemarse el rastrojo, exponen los lotes a sequías severas y a la aparición de plagas. Es decir, la práctica de quema no genera ningún beneficio al cañero.
“Tenemos que trabajar en la concientización de toda la sociedad, ya que esto es un problema cultural. Todos debemos contribuir a que esto no ocurra, porque las condiciones de heladas y sequías de esta época son muy predisponentes al fuego. Entonces, un error o una negligencia puede generar serios problemas, como cortes de electricidad y en los pueblos. Los más afectados son los ligados a la actividad, tanto cañeros como industriales”, expresó.
En cuanto a las expectativas de la actividad cañera en los próximos años para la provincia de Tucumán, el doctor Romero dijo que “a pesar de las limitaciones y problemas, la caña de azúcar sigue siendo la producción que, a mediano y largo plazo, presenta mejor rentabilidad y continuidad. Es por eso que creo que no se va a reemplazar esta actividad con otra producción. Y sobre todo porque la caña de azúcar tiene un potencial integral tanto de alimentos como de energía. En este sentido, Argentina debería ser un ejemplo en el uso de energías renovables que pueden proveerse de cultivos como la caña de azúcar, tanto de energía eléctrica como otras energías derivadas de la producción azucarera”.
“Es el cultivo por excelencia a nivel mundial que tiene la máxima eficiencia en la producción de biomasa. Esto debería aprovecharse al máximo y también, ir solucionando los problemas coyunturales que nos lleven a producir en forma sustentable. Y la caña de azúcar, es una gran herramienta para lograr este objetivo”, finalizó.