Carlos Ojea Rullán es un reconocido asesor ganadero y jurado internacional. También, con su cabaña La Juanita, es criador. Ayer, un embrión diseñado y producido en su establecimiento debutó en una de las pistas más prestigiosas del mundo y la número uno de Canadá: la Canadian Western Agribition, que se realiza en Regina, Saskatchewan.
Para el asesor ganadero, es “un día histórico para la genética nacional en el mundo”.
“Sarita, hija de Don Roberto obtuvo el campeonato ternera, dejando una excelente imagen en el jurado, con muy buenos comentarios al describirla”, puntualizó.
“Por primera vez una ternera con genética argentina, fruto de un embrión producido en La Juanita, exportado en sociedad con cabaña Don Romeo y cabaña La Argentina, llega a esa pista. Confiamos en que es una hembra con gran futuro. El tiempo dirá, pero su debut fue muy auspicioso. Es un honor ver que la combinación genética diseñada en nuestro país compite de igual a igual con las grandes cabañas del hemisferio norte”, añadió.
Para el experto en genética ganadera, “a nivel criador, haber diseñado un embrión que obtenga un premio de este nivel, compitiendo con las mejores cabañas canadienses, es una satisfacción muy grande”.
“Profesionalmente, poder medir el trabajo con los mejores del mundo fue un gran desafío y cuando ese desafío se cumple, es un orgullo enorme porque nos posiciona muy bien a nivel país”, señaló.
“Lo más valioso de todo esto es que estamos en un paso más adelante en la inserción de la genética argentina en el mundo. Nos abre aun más la posibilidad de exportar nuestra genética. Cada vez más se habla y hay un interés cierto en genética argentina en todo el mundo. Estas cosas ayudan a consolidar ese avance”, añadió.
En cuanto a las razones de por qué las cabañas en el mundo eligen la genética argentina, Ojea describió: “La genética argentina es particular: tiene aptitud y condiciones carniceras, los fenotipos son atractivos, mucha funcionalidad y productividad, además, un rasgo destacado es la adaptación al medioambiente. Sin ir más lejos, esta ternera premiada estaba en una cabaña totalmente tapada de nieve”.
Asimismo, en la misma muestra, pero sin competir, estaba la ternera Sureña, que comparte padre con Sarita. “Hizo el precio máximo de la exposición. Los dos embriones son diseños genéticos de mi cabaña”, contó. Por último, agradeció a Kevin Blair, de la cabaña Blair’s AG y su equipo por confiar en su genética.
Fuente: La Nación