El buen manejo de malezas es uno de los pilares fundamentales para mantener la productividad y la sostenibilidad de los cañaverales. Conscientes de ello, la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres trabaja de manera continua para desarrollar nuevas y mejores alternativas, así como para brindar información clara y precisa a los productores y técnicos, a fin de que aquellos hagan uso adecuado y rentable de las diferentes herramientas disponibles.
Por tal motivo se realizó recientemente una actividad donde integrantes del Consorcio de Malezas en Caña tuvieron la oportunidad de recorrer diferentes ensayos realizados en el predio de la Eeaoc de El Colmenar. En esa oportunidad, investigadores y técnicos de la Sección Manejo de Malezas y del Subprograma Agronomía de Caña de Azúcar presentaron, de manera práctica, los avances en diferentes aspectos de la especialidad.
Al inicio, Pablo Vargas, de la Sección Manejo de Malezas, mostró la importancia que tiene el Residuo Agrícola de Cosecha (RAC) en la supresión o control de la emergencia de ciertas especies de malezas. “Los diferentes niveles de cobertura afectan de manera particular a las malezas. Una cobertura de RAC de 5 toneladas por hectárea ya es suficiente para limitar la germinación de muchas gramíneas anuales”, indicó. “Las malezas de hoja ancha requieren de mayor acumulación de rastrojo para poder ser controladas por el RAC. Un cañaveral típico produce entre 9 y 10 toneladas de RAC por hectárea, lo cual puede afectar la germinación o el crecimiento de muchas especies de hoja ancha (atacos, saetilla, etc.) y de la mayoría de las gramíneas anuales”, agregó Vargas.
Esta es una de las razones por lo que desde la institución se insiste constantemente en la importancia de la conservación del RAC y en la prevención de la quema de cañaverales. “Sin embargo, hay especies como el tupulo o los bejucos que pueden desarrollarse aún en presencia de altos niveles de RAC, por lo que allí si es necesario complementar el manejo con herbicidas”, destacó el profesional. Además, se explicó que el RAC afecta de múltiples maneras la dinámica de las malezas, ya que actúa como barrera física, como un regulador de la temperatura y humedad del suelo, de la luz y, además, produce sustancias alelopáticas que afectan el desarrollo de especies particulares, entre otras.
Agustín Sanchez Ducca, de la Sección Agronomía de la Caña de Azúcar, presentó a continuación un ensayo orientado a evidenciar la interacción entre los herbicidas residuales y el rastrojo. “En este ensayo se usaron los principales herbicidas que se encuentran disponibles actualmente para el manejo de malezas problemáticas. Estos se aplicaron en presencia de un volumen de RAC similar al que se observa en un cañaveral típico, así como en ausencia total de cobertura”, explicó. “De este modo es posible observar fácilmente cual es el aporte de cada componente y cómo interactúan de manera positiva”, dijo.
Luego, la jornada prosiguió con la recorrida de macro y microparcelas donde se mostró el espectro de control de los diferentes herbicidas residuales y post-emergentes disponibles actualmente para el manejo de los cañaverales. En este sentido, se pudo ver cómo hay herbicidas que logran un muy buen control pre-emergente de tupulo, mientras otros otorgan sólo un control parcial o supresión. Además, se observó cómo algunas mezclas herbicidas pueden tener efecto sobre malezas perennes como pasto ruso, grama bermuda y cebollín.
En relación con los herbicidas post-emergentes, se resaltó la importancia de tener en cuenta tanto el desarrollo de cañaveral como el tamaño de las malezas a controlar, ya que ambos aspectos inciden la respuesta del cultivo y en la eficacia de control sobre la maleza objetivo. En este sentido, se enfatizó en la necesidad de hacer un análisis de cuáles son las malezas principales del lote, y con base a eso, elegir el producto o mezcla que mejor se comporte en esa condición.
Al final de la actividad se hizo un repaso sobre lo observado en los ensayos. “Como se pudo ver, cada herbicida tiene su espectro particular, así como sus fortalezas y debilidades”, indicó Sebastián Sabaté, jefe de la Sección Manejo de Malezas. “Además, disponemos de un valor agregado que es el RAC, el cual sabemos que es un elemento importante para el manejo de malezas. Este tipo de experiencias permiten observarlas fácilmente y, además, nos ayudan a tomar decisiones más informadas ya que son tan diversas las situaciones de los cañaverales, que es importante saber identificar qué herramienta se ajusta mejor a cada condición” enfatizó el investigador. “Desde la Estación estamos siempre evaluando las distintas opciones y generando nuevas alternativas a los problemas que van suscitándose en el manejo de malezas”, comentó.
Finalmente, se hizo hincapié en la importancia de lograr en esta época del año un cierre del cañaveral libre de malezas. Respecto de esto, se enfatizó en la conveniencia de utilizar productos que, además de controlar las malezas emergidas, tengan un efecto residual para prevenir las emergencias tardías de especies problemáticas como tupulo y pasto cubano. Tanto para estas especies, como para hojas anchas en general, existen alternativas que van desde las mezclas típicas de herbicidas auxínicos hasta las más novedosas que incluyen herbicidas inhibidores de la síntesis de carotenoides, los cuales aportan además control de gramíneas anuales.
Por mayor información, los interesados pueden dirigirse a la página web de la Eeaoc, o directamente a las Secciones Manejo de Malezas y Agronomía de Caña de Azúcar.