La fuerte sequía que afecta a gran parte de la región productiva agropecuaria de nuestro país ha puesto a la ganadería en severas dificultades ante la falta de pasturas y de agua superficial para que coman y beban los animales. Si bien es difícil poder mensurar un impacto concreto en la actividad, especialistas aseguran que habrá consecuencias en el rodeo nacional ya sea por mortandad de la hacienda, el nivel de preñez de las vacas que repercutirá en el número de terneros y el estado corporal de los animales.
Lo cierto es que el grueso de las zonas ganaderas está afectada. Según el especialista y consultor Victor Tonelli, esa superficie acapara el 70% de la región productiva. Además, la Mesa Nacional de Monitoreo de Sequías calculó la cantidad de cabezas afectada por la crisis hídrica en 17.446.350, que si se tiene en cuenta un rodeo nacional de 54,4 millones de animales, estamos hablando del 32% del stock.
No obstante, estimaciones privadas calculan que el rodeo afectado por la sequía es aún mayor. Tal es el caso del analista de Mercados Ganaderos de la consultora AZ Group, Diego Ponti, que hay “26 millones de cabezas afectadas por la seca, equivalente a medio stock. Así, la situación es muy mala desde el punto de vista climático y para el mercado de precios”.
En diálogo con la prensa, Ponti marcó al norte del país como una de las zonas más comprometidas en cuanto a la actividad ganadera, donde “se han perdido varios puntos en lo que es servicio en la primavera (preñez de las vacas) y eso va impactar en la cantidad de terneros que tengamos en 2024. En lo que respecta a este año, lo que vamos a ver son animales que saldrán a faena con menos kilos, entre 15 y 30 kilos menos en los casos extremos”.
Según marcó Ponti, las empresas ganaderas con un manejo profesional y previsor se pudieron anticipar y morigerar el golpe de la sequía con la compra de alimento y con estrategias como el destete precoz de los terneros. Pero en aquellas que no lo hicieron “hay mermas en los servicios, porque la vaca no llegó en el mejor estado corporal y va a haber pérdidas de terneros para 2024. Hoy por hoy, se pueden llegar a tener un millón menos de terneros en 2024 si el porcentaje de destete cae 5 puntos”, alertó.
Recuperación lenta
Por su parte, el presidente de la Sociedad Rural de Santa Fe, Ignacio Mántaras, sostuvo que la recuperación de la actividad por los daños que sigue causando la sequía será “lenta” bajo la máxima de que “lo que no se desarrolló en el momento óptimo, después no se puede hacerlo”.
“El área de afectación es complicada y es de alta productividad. Las fechas pronosticadas para la regularización de las lluvias son abril y mayo, muy cerca del invierno, pero para nosotros, al trabajar con ciclos biológicos, lo que no se desarrolló en el momento óptimo, después no se puede hacer. Por eso, en ganadería la recuperación va a ser lenta, por la pérdida de estado corporal de los rodeos y no van a dar los tiempos para que se recompongan antes del invierno, el cual va a ser muy difícil”, marcó Mántaras.
Para el dirigente rural, en el norte de la provincia de Santa Fe hay una gran cantidad de destetes forzados producto de la sequía, lo cual golpea de lleno a las finanzas del sector. “Para los ganaderos y criadores los terneros son sus ingresos y si en vez de destetar a 200 kilos lo hace a 150 kilos hay perdidas que nos van a descolocar”.
“Sí o sí va a estar condicionada la producción de terneros porque es muy difícil que los rodeos recompongan estado corporal en tiempo y forma. Entonces, las preñeces para 2023 ya están condicionadas y eso va a afectar a la cadena cárnica. Hay que ver si detrás de eso no viene una liquidación de vientres”, culminó Mántaras.
Sin reservas
Por su parte, el director de la consultora Conocimiento Ganadero, Fernando Canosa, uno de los mayores problemas con los que contará la actividad será con la falta de reservas de alimentos, ya que las pasturas y verdeos que suelen plantarse en primavera para que las vacas pasten o para hacer rollos para darles de comer a los animales en invierno, cuando las pasturas naturales escasean, no pudieron hacerse por la falta de agua.
“Estamos en un verano muy complicado. Alguien puede estar haciendo un rollo, pero muy por debajo de lo habitual. Está todo muy complicado, sobre todo en la provincia de Buenos Aires, en la Cuenca del Salado, que es una zona que tiene que estar abastecida para poder producir. Por eso, estamos esperando a ver que pasa en el otoño, pero quiero dejar en claro que tendremos una salida del invierno muy complicada, porque las reservas que naturalmente se hacen en primavera, por más que venga un El Niño y nos inunde, no las vamos a poder tener ni alcanzar”, expresó Canosa.
Para el especialista, “esto trae aparejado que el servicio (preñez de las vacas) 2022/23 no va a ser bueno. ¿Cuánto va a bajar? Un ejemplo es lo que pasó en 2008/09 que cayó de un 62% el índice de destete a 55%. Esto va a atraer una menor oferta de terneros para 2024. Es por eso que va a ser un año complicado, por más que abran la canilla”.
Precios electorales
Los precios de la hacienda y de la carne se mantuvieron muy por debajo de la inflación durante 2023. Según la Cámara de la Industria y Comercio de las Carnes (CICCRA), durante el año pasado el precio promedio de los cortes vacunos crecieron un 42,2%, mientras que el kilo vivo tuvo un aumento del 34% frente al 95,2% con el que se cerró el encarecimiento de los precios de la economía en la comparación interanual.
Una de las razones por las cuales los valores de la carne tuvieron un marcado retroceso en términos reales fue por la sobreoferta del mercado debido a la sequía, ya que los productores adelantaron el envío de cabezas a faena por la carencia de pastos en sus explotaciones. “La hacienda que iba a salir en marzo a faena, salió en diciembre del 2022 y eso generó mayor presión bajista sobre los precios, habiendo mayor oferta”, dijo Ponti.
Pero lo que también explicó fue que “lo que salió adelantado a faena por la seca, es carne que no va a estar en el futuro. En un escenario de corrección climática, con pasto, el productor va a volver a retener y seguramente se va dar un aumento de precios interesantes y la hacienda va a recuperar gran parte del precio que perdió en 2022″.
No obstante este movimiento lógico que tendrían que tener los precios, no hay que olvidar que 2023 es un año electoral y es por eso que Ponti pronostica que la carne al mostrador “en precio va a perder contra la inflación y el tipo de cambio. Arranca este año con una herencia de haber perdido la mitad del precio contra la inflación en 2022 y se encara un 2023 con una inflación esperada en torno al 100% y el dólar va a viajar más o menos a la misma velocidad”.
En este sentido proyectó que “la ganadería este año no va a alcanzar ese ritmo de inflación y devaluación sumado al atraso del 50% del año pasado. Podría haber una corrección, mejorar los precios,pero no seguir a la inflación, sobre todo, porque es un año electoral, donde la carne es mirada por los políticos y considerada como un bien que influye en los votos. La historia nos marca que en años electorales, el precio de la carne está contenido”.