Al cabo de la primera quincena de julio, la zafra azucarera en la provincia no logró estabilizarse. Hasta el último registro de los datos oficiales del viernes pasado, solamente seis ingenios no pararon sus trapiches. Las otras ocho fábricas tuvieron que detener las producciones por falta de materia prima debido a “la falta de piso” para el ingreso de las cosechadoras a los cañaverales. Desde hace más de una semana son las lluvias las que alteran la zafra 2023, como ya lo había hecho la prologada y severa sequía de verano retrasando el inicio de la actividad azucarera en Tucumán. Desde SUENA A CAMPO, nos comunicamos con Juan Fernández de Ullivarri, investigador de la EEAOC (Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres) en la Sección Agronomía de la Caña de Azúcar, con el objetivo de obtener una perspectiva. «Es una zafra atípica, hace varios años no se da una situación así, todo esto retrasa la maduración de la caña. Al estar parados no reciben más caña y la situación se complica, sobre todo porque anuncian lluvias para los próximos días«, explicó el ingeniero agrónomo.
Las fábricas que estaban inactivas hasta el último registro son: Aguilares (paró el 8 de julio), Bella Vista (12), Concepción (12), Famaillá (8), La Trinidad (12), Marapa (8), Ñuñorco (8) y Santa Bárbara (7), reiniciar la actividad generaría otro dolor de cabeza. «Cuando pasan 24 horas sin molienda hay que parar las calderas y eso genera inconvenientes, si tiene bagazo tiene que utilizar gas, lo que conlleva a varias complicaciones mecánicas del propio trapiche«, relató Fernández de Ullivarri.
La falta de piso es el principal inconveniente, más que el volumen de la lluvia. La humedad complica la limpieza de las máquinas y si los operarios quieren mejorar la limpieza, aumentan las pérdidas. «Estamos en un panorama complejo, hay que hacer todo lo posible para minimizar esto«, deseó.
En relación a la producción de este 2023 el ingeniero fue categórico: «respecto a la recuperación de azúcar, estamos en niveles más bajos en comparación al año pasado, hay que ver como continúan los días y que dice el servicio meteorológico«, precisó. Si comparamos los números parciales de la producción, en comparación a la zafra anterior nos damos cuenta de la gravedad del asunto. Ya en la comparación hasta la primera quincena de julio son diferentes y aún con una brecha importante. En la actual zafra se llevan molida, en el ítem “caña bruta”, 3.645.647 toneladas contra las 6.064.269 t del año pasado (casi un 40% menos), con un rendimiento promedio del 6,527% versus 7,827% de 2022. En cuanto a la “caña neta”, se molieron a la fecha 3.211.084 toneladas (contra 5.396.465 t), un 40,5% menos que el año pasado, con un rinde promedio de 7,411% (8,795%).
Según explicó Ullivarri la situación climática afecta por igual a todas las localidades. «Sólo varía el la cantidad de milímetros de lluvia, en algunos lotes se empezó la cosecha y se tuvo que suspender, eso claramente afecta la maduración, lo que hace que también se atrase el transporte y se genere un circulo vicioso«, se lamentó.
En cuanto a las variedades de cañas, todas están en un bajo nivel de maduración, pero hay una que se destaca. «La 03 12 históricamente tiene niveles madurativos muy buenos, si lo comparamos con otros años obviamente estará peor, pero en relación a las otras variedades, se puede decir que es la de mejor presente«, finalizó el ingeniero.
(Fuente: Suena a Campo)