El mejoramiento genético de la caña de azúcar enfrenta múltiples desafíos debido a su complejo genoma. En este contexto, la mutagénesis in vitro surge como una herramienta clave para generar variabilidad genética y mejorar los cultivares. En Suena a Campo, nos contactamos con la licenciada en Biotecnología Valentina Di Pauli para conocer los avances y resultados obtenidos en la aplicación de esta técnica en genotipos INTA de caña de azúcar. Hablamos sobre cómo la embriogénesis somática y la inducción de mutaciones han permitido identificar genotipos prometedores y optimizar tratamientos mutagénicos.
– ¿Qué es la mutagénesis in vitro?
– Es una técnica que nos permite generar nueva variabilidad genética sin necesidad de generar un cruzamiento sexual, la cual es la manera de generar la variabilidad en el mejoramiento clásico de la caña de azúcar por eso decimos que es una herramienta de apoyo al mejoramiento. En cuanto a la técnica, involucra la combinación de dos metodologías, el cultivo in vitro de tejidos vegetales, que es el cultivo de plantas en el laboratorio. Y por otro lado la inducción de mutaciones que es el tratamiento de tejidos vegetales con agentes mutagénicos que generan los cambios a nivel de ADN que producen esa variabilidad.
– ¿Cuáles son los beneficios de utilizar esta mutagénesis in vitro?
– Para entender los beneficios debemos saber de donde surge la necesidad de incorporar esta técnica al programa de mejoramiento de Inta, esto de relaciona con algunas características que tiene como cultivo la caña de azúcar. Tiene una base genética muy estrecha, las variedades que usamos están muy emparentadas y esto es un desafío por eso debemos incorporar técnicas alternativas al cruzamiento sexual.
– ¿Hay campos donde ya se utilizaron?
– Estamos en proceso de investigación, puesta a punto de protocolos. Tenemos poblaciones mutagenizadas, de la cual seleccionamos plantas que presentaron características superiores a los genotipo de origen y están en proceso de multiplicación en campo, para evaluarlas hasta la escala comercial.
– ¿Cómo se evalúa el avance de esta investigación?
– Hasta ahora podemos decir que optimizamos los protocolos de cultivo in vitro para varios genotipos de caña y seguimos sumando nuevas variedad y nuevos protocolos. En cuanto a la mutagénesis determinamos la dosis optima para generar la variabilidad genética sin comprometer al desarrollo de la planta.
– ¿Cuáles son las características de los genotipos para que la caña responda mejor?
– Esto está relacionado con el cultivo in vitro de tejidos, en el caso de la caña utilizamos una vía de regeneración que se denomina embriogénesis somática porque se forman unas estructuras que son como embriones a partir de las células somáticas. Esta vía de regeneración es genotipo dependiente, es decir que cada variedad responde distinto al cultivo in vitro.
– ¿Con cuantas variedades están trabajando?
– Estamos trabajando con seis y probamos otras seis, todas con distintos resultados. Todavía no hay un tiempo para poner en práctica en los campos de la provincia; la población que tenemos en campo estamos multiplicando, depende de cómo avance esa selección y como respondan esos tipos a escala comercial.
– ¿Cómo influye la variabilidad genética generada por la mutagénesis in vitro en la productividad y calidad de la caña de azúcar?
Podemos obtener nuevas variedades que se adapten mejor a las zonas de cultivo con nuevas y mejores características agronómicas e industriales y queremos ampliar la base genética del programa. También teniendo en cuenta un contexto de cambio climático, buscamos variedades que tengan tolerancia a los diferentes tipos de estrés.