El creciente interés por la producción de naranjas en Tucumán ha llevado a un aumento en la demanda de material genético adecuado para la propagación de nuevas plantaciones. La producción de cítricos en la región, y en particular la de naranjas, enfrenta importantes desafíos fitosanitarios, que han motivado la implementación de estrictas regulaciones para la importación y manejo de yemas. El Dr. Hernán Salas López, director en Investigación y Tecnología Agropecuaria de la EEAOC, y nos brindó una perspectiva sobre las medidas necesarias para asegurar una producción sostenible y segura, así como las oportunidades que esta expansión representa para el sector citrícola en el Noroeste Argentino.
– ¿Qué factores han impulsado su reciente crecimiento en la cosecha de naranjas?
– Hoy los resultados están a la vista, hay una crisis actual de sobreoferta de la producción de limones, tanto en frescos como derivados industriales, ya se empieza a plantear la conveniencia de apostar por esto o empiezan a poner algo de naranja como una forma de repartir los riesgos, sobre todo con una expectativa generada a partir de la necesidad de disponibilidad de jugo de naranja a nivel mundial. Estados Unidos y Brasil son dos lugares con daños grandes que están trabajando a un 10% de lo que era su producción histórica, que es el caso de Estados Unidos, a partir del HLB. En Brasil la enfermedad va más lenta, pero podríamos inferir que esa situación se irá agravando entonces puede haber un faltante de oferta de jugo y ahí los productores deben estar atentos para responder. Estas cosas hay que verla con cautela, del mismo modo que surge el interés aquí, también hay intereses en otros sectores. No es que hay una mayor demanda de jugo, sino que hay una menor oferta.
-¿Cuál es la situación actual de la producción de naranjas en Tucumán?
– En el último reporte que hicimos a partir de imágenes satelitales, se detectan 1600 hectáreas de dulce en general, de los cuales el principal es la naranja y estimamos que puede haber entre 200 y 300 más que son recientes, por lo tanto no se detectan en la imagen. Hay plantaciones que en las imágenes del año que viene ya empezarán a a salir. Puede haber 1500 1600 hectáreas y efectivamente hay un interés creciente en la citricultura regional, que plantea un desafío por el hecho que se trata de disponer de material de dulce para la elaboración de las plantas y eso requiere un cumplimiento de una serie de normas del organismo principal, el INASE, todas son disposiciones orientadas a resguardar la calidad genética de los materiales.
– ¿Qué riesgos fitosanitarios se asocian con la importación de yemas de otras regiones y por qué es importante respetar la prohibición vigente?
– Es clave respetar estas disposiciones sino nos puede ocurrir lo mismo que ocurre en Estados Unidos o Brasil, el vector está en toda la región, pero en Tucumán no lo encontramos en quintas, si hubo focos en sectores urbanos. En Salta y Jujuy es común ver el vector en las quintas. Si tomamos en cuenta que el vector está en la región y lo único que necesita es que esté la bacteria, si nosotros traemos material infectado puede ser muy grave. En una región más chica y concentrada como en Tucumán, la expansión puede ser mucho más rápida.
– ¿Qué recomendaciones se les están dando a los viveros en cuanto a la gestión de estas autorizaciones individuales?
– El INASE en su reglamentación, dispone una medida de emergencia de poder recurrir a un material proveniente de plantas debidamente certificadas puede ser utilizada para injertar nuevas plantas con material certificados. Es una buena posibilidad, se informó y se ocuparon oportunamente de manera tal de hacer saber a la población de la entidad citrícola. Ahora el interés está también en la naranja, no estamos ante una situación donde se va a reemplazar el limón por la naranja, nada que ver, lo que puede ocurrir es que haya determinadas empresas que podrán aprovechar la infraestructura industrial para cosechar naranjas. La zafra limonera termina en septiembre, si uno recurre a la naranja valencia, la más utilizada para la extracción de jugo, estamos hablando de una molienda que sería octubre, noviembre y diciembre, esto haría que haya un mejor aprovechamiento de la industria, además de disponer de un producto que será factible venderlo.
(Fuente: Suena a Campo)