Esta semana el gobierno nacional actualizó los valores de los productos comprendidos en el programa “Precios Cuidados”, además de extender el listado de bienes básicos comprendidos en el mismo.
Para el sector lácteo no es una buena noticia porque, si bien ya tenía una enorme cantidad de productos comprendidos en el programa oficial de precios máximos (leche fresca en sachet, leche en polvo, queso cremoso, queso rallado, queso pate-grass, queso untable, yogures y manteca), ahora tendrá uno más: leche larga vida.
“Entendemos la preocupación del gobierno de que, ante el impacto de la pandemia, es necesario cuidar el bolsillo del consumidor y estamos de acuerdo y dispuestos a acompañar en ese sentido, pero dentro de nuestras posibilidades y sin que eso represente poner en una situación de quebranto a nuestras empresas”, apuntó Ércole Felippa. Presidente del Centro de la Industria Lechera (CIL).
“El quebranto de las empresas lácteas termina generando una menor capacidad de pago del precio de la materia prima. Y las industrias no podemos hacer otra cosa que industrializar leche, pero el productor tiene otras alternativas además de leche, como soja, maíz o ganadería”, añadió.
El valor de la leche, medido en una “moneda dura” como el maíz, se derrumbó en el último trimestre del año pasado debido a las dificultades que están experimentando las industrias lácteas tanto en el mercado interno como externo.
Mientras que en el frente interno la demanda –producto de la crisis económica– se concentra en los lácteos con precios máximos que no llegan a cubrir los costos de producción, en el ámbito externo el gobierno acaba de subir los derechos de exportación a un 4,5% para leches fluidas, quesos, lactosuero y manteca, además de mantener en un 9,0% la alícuota para ventas externas de leche en polvo.
“El productor de leche, cuando el negocio no es atractivo, algo que seguramente está ocurriendo, puede terminar, por ejemplo, haciendo soja en un lote que estaba reservado para hacer reservas forrajeras para el tambo; claramente es muy difícil pretender que la producción de leche crezca cuando las condiciones no son favorables”, remarcó Felippa.
“Probablemente esto no va a tener un impacto en el corto plazo porque, a diferencia de otras sectores, las vacas producen leche todos los días, pero sí se va a reflejar en el mediano plazo. Esto lo que hace con el tiempo es que disminuya la producción de leche y, si sucede eso, el efecto termina siendo exactamente contrario al buscado”, concluyó.
Fuente: Bichos de Campo