La reciente aprobación definitiva de la Ley Bases ha sido celebrada con entusiasmo por el sector agropecuario. Esta legislación, que promete traer mayor seguridad jurídica y estabilidad al campo, ha sido vista como un hito crucial en la promoción de la actividad agrícola en Argentina. Además, el reciente incremento en el precio de la soja ha generado expectativas positivas entre los productores. En diálogo con Suena a Campo, Miguel Palou, Licenciado en Economía, Máster en Finanzas, se refirió a las implicancias de estos eventos y su impacto en el agro.
– ¿Podrías explicarnos en qué consiste la Ley Bases y por qué ha sido tan bien recibida por el sector agropecuario?
– “Yo la verdad que no estoy seguro si había una alta dosis de expectativa. En sí, la ley bases es un conjunto de normas que son bastante específicas que tenían como objetivo fundamental de alguna manera, sentar los cimientos para una Argentina que sea mucho más competitiva y que ponía como eje un largo plazo, eso es lo que yo particularmente festejo. Tenemos una Argentina que siempre fue del stop and go permanente y que obviamente necesita esa estructura flexible, que le permita de alguna manera generar confianza a los mercados y atraer las inversiones que tanto hacen falta. Yo creo que previo post desguace, el punto más importantes es el de la reforma laboral, sin duda. Por supuesto que hay otros 238 puntos incluidos en esta ley que pueden haber a la Argentina mucho más pujante.
– ¿Qué cambios inmediatos se espera que esta ley traiga para los productores agrícolas en términos de seguridad jurídica?
– Yo creo que lo importante es que no se pierda el norte, que exista sostenibilidad en el mundo, consistencia entre lo que se dice y lo que se hace. La seguridad jurídica yo no creo que sea un beneficio exclusivo del sector agropecuario. No creo que el sector solo busque seguridad jurídica. Porque acá hay una cuestión importante, la independencia en las instituciones fuertes son el ancla necesaria. Alemania no es Alemania por su política económica, sino por la credibilidad que genera, la estabilidad.
– ¿Cómo crees que la Ley Bases afectará las inversiones en el sector agropecuario a corto y largo plazo?
– La matriz productiva argentina es netamente agraria. O sea, es muy importante que se empiecen a materializar beneficios exclusivos para el sector, que es lo que demanda el sector. Hoy por hoy entiendo que si vos hablás con los productores, de cara al futuro son optimistas. Pero ese optimismo y ese período de gracia de alguna manera, se termina cuando los resultados no son los buscados. Por eso decía al comienzo que siempre y cuando haya consistencia entre lo que se dice y lo que se hace y que no se pierda el norte, el productor acompañará y creo que los beneficios serán notables.
– Por otro lado, ¿Cómo ves el impacto de la subida del dólar en el sector agropecuario y en particular en el precio de los productos agrícolas?
– Hay que ver la película completa. Porque si la pregunta es específica es efácil de responderla porque compromete capital de trabajo, desde el encarecimiento de los insumos, porque va a tener variación de precio dado el aumento en el tipo de cambio.
La amplitud en la brecha te deja un dólar exportador en $1020. Así que es una mejora importante respecto a los $870. Hay que ver toda la película. Yo creo que por ahí nosotros tenemos un sistema que liquida los dólares que ingresan al país y queda el peso. Pienso que lo que más se comprometió de alguna manera es el hecho de que haya una baja de tasa muy importante en término de peso. Entonces, el productor que cobrara en pesos la tenía bastante complicada. Más que nada teniendo en cuenta el sendero desinflacionario. Pero bueno, eso lo lo que veo yo desde el punto de vista de de cómo impacta la volatilidad en el dólar en este momento.
– ¿Qué papel juegan las políticas económicas globales y locales en la reciente subida de la soja y cómo pueden los productores prepararse para futuras fluctuaciones?
– La incertidumbre es por política, el escenario electoral en Estados Unidos, que China empiece a traccionar la demanda, eso es bastante clave. Creo que los granos, sobre todo, trigo, soja, tuvieron lo que nosotros llamamos un rebote que fue considerable, pero inmediatamente retrocedió a valores previos. Eso estuvo dado más que nada por las expectativas de de factores climáticos, energía, que de alguna manera comprometían la oferta de trigo, sobre todo, las inundaciones en Brasil hacían prever que no iba a existir una sobreoferta que termine deprimiendo el precio, pero bueno, ese escenario no se vio, y hoy por hoy la las expectativas, las previsiones hablan de que va a haber sobreoferta, y bueno, eso se ve reflejado en la baja de los precios internacionales de lla soja, del trigo y de los demás commodities.
– ¿Cuál es tu perspectiva sobre el futuro del agro en Argentina con la Ley Bases en vigor y el reciente panorama económico?
– Yo pienso que es fundamental la consolidación de las políticas públicas en incentivar la inversión en el campo. Se puede ir en esa dirección, sin duda. Hoy tenemos un secretario de agricultura que incide bastante en las decisiones y en las políticas que anuncia Caputo nuestro ministro de economía actual. Sabemos que Caputo es un un economista de equilibrio general.
Hoy sabemos que debemos esperar, tener expectativas y confiar porque todavía no hay anuncios que sean puras y exclusivamente los que el campo estaba esperando. Si bien se está priorizando de alguna manera la política financiera, creo que es en pos de limpiar el terreno para que se implementen medidas estructurales que promuevan la producción. Por ahora es todo expectativa, pero tengo la esperanza de que haya entendimiento de lo que vivimos anteriormente. En términos de derecho de exportación, actualmente al país, el sector agropecuario, le aportó 203.000 millones de dólares . ¿A donde se fueron esos doscientos tres mil millones de dólares? ¿Volvieron al campo para que se favorezca la permeabilidad del vida del suelo, para que mejoren las tecnologías, para que se mejore el acceso, los caminos, la mejora en la productividad? NO. Entonces hay que plantearse desde ese punto, porque perdemos competitividad contra nuestros socios comerciales. Así que es importante que de alguna manera hayan políticas clave y muy precisas para el sector.
(Fuente: Suena a Campo)