El mal estado de las rutas en el sur de Tucumán ha generado un impacto significativo en la producción agrícola, afectando no solo a los productores, sino también a la comunidad en general. Gonzalo Blasco, presidente de Apronor, en diálogo con SUENA A CAMPO expuso la gravedad de esta situación en una entrevista, detallando cómo las rutas deterioradas dificultan el transporte de insumos y productos agrícolas, y afectan la calidad de vida de quienes dependen de estas vías de comunicación.
Blasco mencionó específicamente el caso de la ruta 334, una arteria crucial para la zona agrícola, que hoy se encuentra en un estado calamitoso. Según el presidente de Apronor, esta ruta solía ser un punto de referencia, con un asfalto impecable que incluso permitía el aterrizaje de aviones para fumigar. Hoy, sin embargo, está reducida a un camino de ripio en su mayoría, con apenas algunos tramos pavimentados cerca de La Cocha. Durante la temporada de lluvias, la ruta se corta en varios sectores debido a los desbordes de arroyos, dejando a muchos pobladores aislados y a los productores sin la posibilidad de transportar sus cosechas de manera eficiente. En estos casos, los productores deben desviar su trayecto por la ruta 38, agregando más de 100 kilómetros a su recorrido, lo que aumenta los costos de transporte y afecta la competitividad de los productos.
En términos económicos, el impacto es devastador. «La zona afectada por la ruta 334 es altamente productiva, con una variedad de cultivos que incluyen bayas, cítricos, caña de azúcar, arándanos y granos«, manifestó Blasco, que también destacó la importancia de los silos ubicados en la región, que abastecen tanto el mercado interno de Tucumán como el de otras provincias. Sin embargo, la falta de infraestructura adecuada ha empobrecido la región, limitando su capacidad para generar empleo y riqueza. «El deterioro de las rutas no solo afecta el transporte de productos agrícolas, sino también el de insumos necesarios para la producción, lo que agrava aún más la situación«.
Desde Apronor, la entidad ha mantenido reuniones constantes con autoridades provinciales y nacionales para buscar soluciones. Blasco explicó que han presentado numerosas notas y solicitudes a distintos ministerios, pero que la respuesta ha sido insuficiente. «En algunos casos, el gobierno ha intentado delegar la responsabilidad en los productores, pidiéndoles que colaboren en la identificación de las rutas más afectadas y en la búsqueda de soluciones«, expuso. Sin embargo, Blasco es claro al afirmar que el estado es quien debe resolver estos problemas. «Los ciudadanos pagan sus impuestos con la expectativa de recibir servicios básicos, como la reparación y mantenimiento de las rutas».
El presidente de Apronor también se refirió a las recientes declaraciones del gobernador Osvaldo Jaldo, de Tucumán, quien afirmó que las instituciones solo se dedican a reclamar, pero que es la provincia la que resuelve los problemas. Blasco rechazó categóricamente esta afirmación, subrayando que los productores no son detractores de la gestión actual, sino que simplemente buscan soluciones para problemas que afectan a toda la comunidad. «La actual administración tiene apenas un año de gestión, pero también el actual gobernador formó parte de las administraciones anteriores, que durante ocho años no realizaron las obras necesarias para mantener la infraestructura vial en buen estado«, enfatizó.
Blasco también ofreció una mirada optimista sobre el futuro, a pesar de las dificultades. Aunque las perspectivas para la próxima campaña agrícola son complicadas, con precios internacionales bajos, un posible escenario de sequía debido al fenómeno de «La Niña» y la falta de financiamiento, el presidente de Apronor confía en la resiliencia de los productores agropecuarios. A pesar de las adversidades, los productores siempre encuentran la manera de seguir adelante, invirtiendo en la provincia y apostando por la producción.
En cuanto a la lucha contra las plagas, Blasco destacó el trabajo conjunto entre Apronor y las autoridades gubernamentales en la creación del comité «Salvemos al Maíz», una iniciativa que busca combatir la enfermedad de la «chicharrita», que afectó gravemente los cultivos de maíz en la región. A pesar de los esfuerzos y de algunas acciones positivas, Blasco señaló que la colaboración del gobierno no fue suficiente para abordar el problema de manera integral. «En muchos casos, las campañas de difusión y las reuniones con productores han sido impulsadas principalmente por el sector privado, mientras que el apoyo gubernamental ha sido limitado».
Finalmente, Blasco reiteró la importancia de que los organismos gubernamentales asuman su responsabilidad en la resolución de los problemas de infraestructura. «Los productores, a través de Apronor, han puesto su tiempo, dinero y prestigio profesional al servicio de la comunidad, pero es el estado quien debe encargarse de garantizar que las rutas y otros servicios básicos funcionen correctamente«, recalcó.. A pesar de las dificultades, Blasco se muestró esperanzado y comprometido con seguir trabajando por el bienestar de los productores y la comunidad en general.
La situación en el sur de Tucumán es un reflejo de los desafíos que enfrenta la producción agrícola en muchas partes del país, donde la falta de infraestructura adecuada limita el crecimiento y la competitividad del sector.
(Fuente: Suena a Campo)