El equipo de investigación del Laboratorio de Eco Fisiología Vegetal (LEFIVE), liderado por la ingeniera agrónoma Julieta Bianchi, ha dado un paso adelante en el desarrollo de una nueva línea de soja que promete revolucionar el rendimiento agrícola en Argentina. En diálogo con SUENA A CAMPO, la ingeniera se refirió a las investigaciones desarrolladas a través de un enfoque basado en la selección y tratamientos específicos de plantas, el equipo ha logrado obtener líneas con un porcentaje significativamente mayor de vainas de cuatro semillas, un avance que podría tener un impacto considerable en el rendimiento final de este cultivo esencial.
Bianchi explica que, a diferencia de las variedades comerciales actuales, que tienen un porcentaje inferior al diez por ciento de vainas de cuatro semillas, esta nueva línea experimental alcanza un 60%. «El aumento en el número de vainas con cuatro semillas implica un incremento en el número de semillas por vaina y, en consecuencia, en el rendimiento potencial del cultivo», explica la investigadora. Este avance no significa, aclara, que el rendimiento se incrementará en un sesenta por ciento, pero estima que el aumento podría estar entre el cinco y el quince por ciento.
Uno de los aspectos más relevantes de este desarrollo es la posibilidad de mejorar la eficiencia en el uso del agua, un recurso clave en el cultivo de soja. «Hemos realizado estudios preliminares sobre el comportamiento de estas líneas con un alto porcentaje de vainas de cuatro semillas y observamos que, aunque el consumo de agua de las plantas es el mismo, estas líneas rinden más. Esto significa que la eficiencia en el uso del agua mejora, lo que es crucial en escenarios de escasez hídrica«, comenta Bianchi. Este tipo de investigación es particularmente relevante en un contexto global en el que el cambio climático está alterando los patrones de disponibilidad de agua en las principales regiones agrícolas.
El desarrollo de esta nueva línea de soja no solo se basa en la fisiología de la planta, sino que también incorpora un enfoque genético. Bianchi destaca que, aunque no se trata de un organismo genéticamente modificado, el proyecto ha implicado un estudio genético riguroso para seleccionar las plantas con mejores características. «La genética juega un papel clave en este desarrollo porque nos permite mejorar características como el número de semillas por vaina sin depender tanto del ambiente de producción«, aclara la especialista. Esto significa que la nueva línea de soja podría tener un comportamiento más estable en diferentes condiciones climáticas y de suelo, lo que amplía su potencial de adopción en distintas regiones del país.
No obstante, Bianchi es cautelosa al señalar que este desarrollo aún se encuentra en fase experimental. «Todavía estamos en la etapa de microparcelas, pero esperamos poder avanzar hacia pruebas a campo en los próximos años«, explica. En este sentido, el equipo de LEFIVE ha firmado un convenio con una empresa que permitirá evaluar el desempeño de esta nueva línea de soja a nivel nacional. «La idea es que, una vez que la característica esté incorporada en el germoplasma comercial, podamos hacer estudios en diversas regiones del país», comenta Bianchi.
Un aspecto prometedor de esta innovación es su adaptabilidad a diferentes regiones y condiciones climáticas. Según Bianchi, el proyecto se ha centrado hasta ahora en grupos de madurez cuatro y seis, pero la tecnología podría incorporarse en cualquier grupo de madurez, lo que la haría aplicable en diversas latitudes del país. Esto abre la puerta para que esta línea de soja tenga un impacto significativo en regiones como el norte argentino, donde las condiciones climáticas suelen ser más extremas.
La investigadora reconoce que, aunque los primeros resultados son alentadores, todavía queda mucho por hacer. «El convenio que se firmó en marzo de este año, y aunque llevamos tiempo trabajando en esta línea, creemos que dentro de un año y medio podríamos estar realizando pruebas a campo en diferentes lugares del país», afirma.
El futuro de esta nueva línea de soja es prometedor, no solo por su potencial para incrementar el rendimiento del cultivo, sino también por su impacto en el manejo eficiente de los recursos naturales. En un país como Argentina, donde la agricultura es uno de los pilares de la economía, innovaciones como la que lidera Julieta Bianchi tienen el potencial de transformar la producción y mejorar la competitividad en los mercados globales.
Con esta nueva línea de soja, la eficiencia en el uso de agua y la estabilidad genética podrían ser claves para enfrentar los desafíos futuros del sector agropecuario. Como concluye Bianchi, «estamos trabajando en un proyecto que no solo mira el rendimiento inmediato, sino que también busca aportar soluciones sostenibles para el futuro del cultivo de soja en Argentina«.
(Fuente: Suena a Campo)