La producción láctea en Tucumán atraviesa una etapa de consolidación, principalmente enfocada en el consumo interno, aunque se plantea la posibilidad de expandirse hacia mercados internacionales. En este contexto, la renovación de los certificados sanitarios para la exportación de productos lácteos cobra vital importancia para abrir nuevas oportunidades comerciales. Sin embargo, el sector lechero enfrenta problemas significativos, como la necesidad de mejorar la competitividad y enfrentar los costos de producción, que limitan su capacidad exportadora.
En diálogo con SUENA A CAMPO, Patricio Altamirano, presidente de la Mesa de Lechería de Tucumán, nos comentó la situación actual de la producción lechera en la provincia y los desafíos que enfrenta el sector para acceder a mercados externos.
Altamirano comenzó detallando que la producción láctea en la provincia se encuentra en un nivel estable, con un volumen diario que ronda entre los 75.000 y 80.000 litros de leche. “La producción está controlada en su calidad por laboratorios habilitados, como el AATALAC, perteneciente a la Facultad de Agronomía y Zootecnia de la Universidad Nacional de Tucumán, lo que garantiza que en la provincia se produzca leche de excelente calidad”, aseguró.
No obstante, esta producción está mayoritariamente destinada al mercado interno. Según explicó, existe una pequeña parte de la leche que, indirectamente, es exportada. Esto sucede cuando industrias de otras provincias, como Molfino en Santa Fe, adquieren leche producida en Tucumán. Dado que estas industrias tienen capacidad exportadora, parte de la producción tucumana termina en mercados internacionales.
Un punto crítico en la expansión de la industria láctea hacia el exterior es la renovación de los certificados sanitarios para exportación. Estos documentos son esenciales, ya que certifican que el producto cumple con las normas de manufactura requeridas por las autoridades de los países importadores. Altamirano subrayó que “estos certificados, emitidos por SENASA, aseguran que los productos no representen ningún riesgo para el consumo humano y cumplan con los requisitos exigidos por cada país”.
A pesar de esto, el sector enfrenta dificultades. Uno de los principales problemas es la falta de laboratorios oficiales en la provincia que puedan emitir las certificaciones necesarias. “Tucumán no cuenta actualmente con estos laboratorios, lo que impide que las industrias locales puedan cumplir con los estándares sanitarios requeridos para la exportación”, destacó Altamirano. Otro obstáculo es la limitada capacidad de las industrias locales para adecuarse a los requisitos de exportación.
Desde la Mesa de Lechería, sin embargo, se trabaja intensamente para superar estos desafíos. Altamirano mencionó que están colaborando con diversas instituciones, tanto oficiales como privadas, para acercar a los productores a nuevas tecnologías y capacitaciones que les permitan mejorar la calidad de sus productos. Además, se está promoviendo el uso de un fondo rotatorio exclusivo para la cadena láctea, que permite a los productores e industrias financiar las mejoras necesarias para cumplir con los estándares internacionales.
Consultado sobre los cambios que serían necesarios para que la producción láctea de Tucumán pudiera tener un rol significativo en el mercado internacional, Altamirano fue claro: “Nos falta aumentar los volúmenes de producción”. Recordó que en algún momento la provincia alcanzó los 120.000 litros diarios, pero hoy se produce menos. “El objetivo es volver a esos niveles históricos de producción y proyectar un crecimiento que nos permita ser competitivos a nivel internacional”, sostuvo.
Además de incrementar la producción, otro punto clave es la adecuación de las industrias locales a los estándares requeridos por los mercados internacionales. “Las industrias también deben estar preparadas para procesar productos que cumplan con los requisitos de exportación”, agregó Altamirano. A pesar de estos desafíos, el presidente de la Mesa de Lechería se mostró optimista, asegurando que los productores están comprometidos con mejorar y adaptarse. “Estamos constantemente incorporando tecnología y mejorando en todos los aspectos para garantizar una materia prima de calidad, que es la base para la producción de productos lácteos de excelencia”, concluyó.
Finalmente, Altamirano destacó la importancia de seguir trabajando en conjunto con todos los actores del sector para poder cumplir los objetivos propuestos para el 2024. A pesar de las dificultades, el sector lácteo en Tucumán sigue avanzando, consolidándose en el mercado interno y preparando el terreno para una eventual incursión en los mercados internacionales.
(Fuente: Suena a Campo)