La zafra 2024 fue presentada oficialmente como un éxito en términos productivos, de acuerdo con los datos que circulan desde distintos sectores oficiales y técnicos. No obstante, los productores cañeros de Tucumán manifiestan su preocupación ante una realidad distinta, donde los números no parecen reflejar la situación económica que ellos enfrentan. Para comprender mejor este panorama, desde SUENA A CAMPO, dialogamos con Agustín Guillén, presidente de Cañeros del Sur de Tucumán, quien ofrece un análisis exhaustivo de la coyuntura actual, abordando las problemáticas que atraviesa el sector productivo en la provincia.
«Si lo vamos a ver desde el punto de vista de la producción, bueno, como toda actividad, siempre tratamos de producir lo mejor posible y la mayor cantidad con la mejor calidad«, afirma Guillén, refiriéndose al esfuerzo continuo de los productores por alcanzar resultados óptimos. Sin embargo, hace una pausa y agrega: «Pero si lo vemos desde un punto de vista económico para el productor, la situación es muy difícil ya que el precio del azúcar no nos está acompañando»,
En términos de superficie cultivada, Guillén reconoce un aumento respecto al año anterior. «Este año sí hubo una mayor producción. Hubo más campos plantados y se aplicaron más tecnologías. Sin embargo, una helada en mitad de la zafra nos cambió todos los números«, señala. Si bien reconoce que hay un incremento en la cantidad de caña de azúcar cosechada, advierte sobre la disminución en la producción de azúcar refinada: «En kilos de caña sí hay más, pero en kilos de azúcar producida estamos hablando de rendimientos mucho menores. Normalmente, en octubre teníamos un rendimiento de 10 a 12, pero este año estamos en 7 o 7,5, que es el límite para seguir cosechando«.
Este deterioro en la calidad de la caña ha tenido un impacto directo en los ingresos de los productores, quienes también enfrentan un aumento significativo en los costos operativos. «El año pasado tuvimos un número excepcional, nunca se vivió algo así en los años que llevo en la actividad. Pero hoy, prácticamente, el costo es el triple o hasta cinco veces más que el año pasado. El azúcar llegó a valer casi 35.000 pesos, pero arrancamos la cosecha con precios de 16.000 o 17.000 pesos», detalla el presidente de Cañeros del Sur. Aunque actualmente el precio ha subido a 21.000 pesos o más, Guillén insiste en que «todavía no es precio para el productor, especialmente para los medianos y pequeños».
Consultado sobre el apoyo de las autoridades provinciales y nacionales, Guillén menciona que han mantenido reuniones con representantes del Instituto de Promoción del Azúcar y Alcohol de Tucumán (IPAT) y otros actores de la industria. Sin embargo, resalta que la actividad azucarera se rige por las dinámicas del libre mercado, donde oferta y demanda determinan los precios. «Esta es una actividad que se regula sola. Como toda actividad de libre mercado, hoy estamos teniendo una demanda muy alta ante una recesión tremenda», explica.
Sobre la desconexión que muchos productores perciben entre los datos oficiales y la realidad que viven en el campo, Guillén opina: «Creo que tiene que ver con la producción fabril. Podés tener una mayor producción de caña, pero una producción de azúcar menor. Los datos oficiales son los que provee cada ingenio, pero la realidad puede ser distinta para cada productor».
El malestar entre los productores no se limita solo a los precios del azúcar. Algunos acusan a los intermediarios y grandes industriales de beneficiarse mientras los pequeños productores terminan perdiendo. Guillén considera que parte del problema se debe a la sobreoferta de azúcar. «Estamos pasando una situación bastante complicada. Para mí, no hay la cantidad de azúcar que se piensa que hay. Esto se refleja en los rendimientos fabril y en la producción».
El dirigente cañero destaca la importancia de las exportaciones y la producción de alcohol como medidas para aliviar la presión sobre el mercado del azúcar. «Hoy Dios quiera que se pueda exportar todo lo que está pactado y producir todo el alcohol que se está demandando. Eso podría ayudar a que el mercado de azúcar no tenga la presión que tiene hoy«, sostiene.
De cara al futuro, las expectativas son de cautela. Guillén subraya la necesidad de que los productores hagan un análisis económico detallado de cara a la próxima campaña: «Todos estamos esperando que los ingenios dejen de mover caña para que haya un número claro sobre lo que hay en stock y lo que puede ser para el consumo hasta el año que viene».
En cuanto a la posibilidad de que se den los cambios necesarios para mejorar la situación de los productores, Guillén expresa su escepticismo: «Los costos se han cuatriplicado, quintuplicado. No sé si todos esperábamos esta realidad, pero muchos productores están insatisfechos y golpeados con la actividad», finalizó el productor.
(Fuente: Suena a Campo)