El dengue es una enfermedad viral transmitida por el mosquito Aedes aegypti, que ha generado importantes epidemias en Tucumán en los últimos años. La Dirección General de Salud Ambiental de SIPROSA, dirigida por el Ing. Agr. Leandro Medina Barrionuevo, lleva adelante campañas para controlar y prevenir la proliferación de este mosquito vector. En diálogo con SUENA A CAMPO el Ing. Medina Barrionuevo nos brinda detalles sobre las medidas de prevención, el trabajo de la Brigada de Control de Vectores y la situación actual en la provincia.
Este mosquito, adaptado al clima cálido y húmedo de la región, encuentra en cada verano condiciones ideales para su proliferación. “Actualmente no tenemos circulación viral en nuestra provincia, lo cual es lo esperado en esta época del año”, afirma Medina Barrionuevo, refiriéndose a que, a pesar de la baja incidencia de contagios, el equipo sigue en alerta. Según explica, “hemos empezado a ver un incremento en la población del mosquito en el último mes, asociado a las lluvias recientes”. Este aumento de la población del vector es un indicador que obliga a extremar las medidas de prevención, dado que el ciclo de vida del Aedes aegypti se reactiva con la humedad.
La presencia del mosquito Aedes aegypti en sus distintas etapas —desde huevo hasta adulto volador— se vuelve una preocupación de salud pública en los meses de mayor calor. El ingeniero señala que “el insecto busca criaderos en entornos domiciliarios que acumulen agua, como baldes, botellas, y otros recipientes”. Estos lugares representan un riesgo porque las hembras depositan sus huevos en las paredes internas del recipiente, listos para reactivarse con la próxima lluvia. En palabras del ingeniero, “si se dan precipitaciones posteriores a la postura del huevo, el nivel de agua sube y activa el ciclo de vida del mosquito”.
Las epidemias recientes en Tucumán han sido impulsadas por factores que van más allá de la mera existencia del vector. Medina Barrionuevo subraya que “el cambio climático es un factor determinante, ya que el mosquito se adapta a las temperaturas cada vez más altas y a las lluvias abundantes en el verano”. Añade que en años anteriores, “teníamos inviernos más rigurosos que interrumpían el ciclo de vida del mosquito, pero con la disminución de estas temperaturas extremas, el insecto encuentra condiciones cada vez más favorables para reproducirse”.
Además del cambio climático, la movilidad de las personas también influye en la propagación del dengue. “El virus ingresa a nuestra provincia a través de personas que vienen infectadas de otras zonas con circulación endémica”, explica el ingeniero. La movilidad entre provincias con brotes de dengue y Tucumán aumenta la probabilidad de contagio local. “Cada vez se observa mayor frecuencia en los viajes hacia regiones con circulación del virus, lo que representa un riesgo latente”, sostiene.
Para frenar el avance del dengue, la Brigada de Control de Vectores lleva a cabo una serie de medidas de control en barrios y zonas de alta densidad poblacional. Medina Barrionuevo describe estas acciones como fundamentales: “Nuestro objetivo es erradicar los criaderos de mosquitos a través de operativos casa por casa, donde identificamos los posibles criaderos y concienciamos a los vecinos sobre la importancia de evitar recipientes con agua acumulada”. La tarea es exhaustiva y constante, pues el mosquito es resistente y puede desarrollarse en prácticamente cualquier espacio húmedo.
El ingeniero destaca también la importancia de la colaboración con las autoridades locales. “Estamos capacitando al personal de los municipios y comunas para que ellos también puedan participar en la erradicación de criaderos y en el uso adecuado del control químico”. Esta capacitación permite ampliar el alcance de las brigadas y asegura que el mensaje de prevención llegue a todos los rincones de la provincia. Según Medina Barrionuevo, “trabajar junto a los gobiernos locales es clave para aumentar la eficiencia de nuestras intervenciones en las zonas más afectadas”.
La concienciación pública es otro componente crucial en la lucha contra el dengue. Medina Barrionuevo recalca que “la probabilidad de tener mosquitos en casa es alta, especialmente en esta época del año”. Un simple balde de agua en el fondo de una vivienda puede convertirse en un criadero. Sin embargo, no basta con mantener la propia casa libre de criaderos: “Este mosquito se desplaza en distancias cortas, por lo que si un vecino descuida su patio, todo el vecindario está en riesgo”.
Además de los criaderos asociados a la falta de limpieza, también existen aquellos recipientes que acumulan agua por necesidad. En muchos barrios, los vecinos utilizan baldes o cisternas para almacenar agua debido a la falta de presión en el servicio. El ingeniero explica que “la recomendación es que estos recipientes estén tapados siempre, para evitar que el mosquito tenga un lugar donde reproducirse”. La brigada también orienta a la población sobre cómo manipular otros objetos en los patios, como botellas y envases plásticos, para evitar que se conviertan en criaderos.
En cuanto a los operativos de prevención, Medina Barrionuevo detalla que estos están en marcha desde el final de la última epidemia en junio de 2024. “Desde entonces, hemos visitado los barrios con más casos de dengue y continuamos recordando a la población la importancia de mantener sus patios libres de agua acumulada”, explica. Para el ingeniero, este trabajo es esencial y debe realizarse de manera continua, dado que los criaderos pueden surgir incluso con objetos olvidados por un solo día.
Los operativos de bloqueo son otra herramienta fundamental cuando se detecta un caso de dengue sospechoso o confirmado. Medina Barrionuevo explica que “el bloqueo abarca la manzana donde se encuentra el caso y las ocho manzanas aledañas, dado que el mosquito no vuela más allá de 100 metros a la redonda”. En estas intervenciones se revisan los patios y se neutralizan los criaderos, además de realizar un control químico para eliminar la mayor cantidad posible de mosquitos adultos.
El ingeniero también recuerda a la población los síntomas característicos del dengue: fiebre alta, dolor en las articulaciones y músculos, diarrea, vómitos, dolor de cabeza y abdominal, así como posibles hemorragias. Ante la presencia de estos síntomas, recomienda acudir de inmediato a un centro asistencial para recibir un diagnóstico y tratamiento adecuado.
Finalmente, Medina Barrionuevo subraya la importancia de tomar precauciones al viajar a provincias con circulación del virus, como Chaco, Formosa y algunas zonas de Buenos Aires y Córdoba. “Es fundamental llevar repelente y utilizarlo en todo momento, especialmente si sabemos que estaremos en zonas endémicas”, afirma.
Con un enfoque preventivo y educativo, la Dirección General de Salud Ambiental de SIPROSA trabaja incansablemente para minimizar el riesgo de una nueva epidemia de dengue en Tucumán. Medina Barrionuevo y su equipo, en colaboración con autoridades locales y sanitarias, han consolidado una red de trabajo que prioriza la salud pública y busca evitar que el Aedes aegypti siga propagando esta peligrosa enfermedad en la región.
(Fuente: Suena a Campo)