El 2° Congreso Argentino de Semillas, realizado recientemente en Córdoba, congregó a especialistas, investigadores y empresas del sector para debatir y compartir avances sobre calidad, conservación y comercialización de semillas en Argentina. Este evento no solo fue un espacio para la presentación de conocimientos técnicos, sino también un punto de encuentro clave para fortalecer la cooperación público-privada en el ámbito agroindustrial. Entre los participantes destacados estuvo el Dr. Atilio Castagnaro, director del Instituto de Tecnología Agroindustrial del Noroeste Argentino (ITANOA), dependiente de la EEAOC y el CONICET, junto a su equipo. La delegación presentó los avances más recientes en genética, microbiología y tecnologías de tratamiento de semillas, subrayando su impacto en la producción agrícola nacional.
“La semilla es la base de la vida, de nuestros alimentos y de la construcción de nuestra sociedad. Participar de este congreso fue un honor y reafirma la importancia de nuestro trabajo en el sector productivo”, expresó Castagnaro. Durante su intervención, el equipo del ITANOA compartió avances específicos en dos áreas de gran relevancia: la caña de azúcar y la soja. En el caso de la caña, presentaron los resultados del programa de vitroplantas, una iniciativa que ha permitido que el 80% de la superficie cultivada en Tucumán provenga de materiales generados en sus laboratorios. Este esfuerzo ha mejorado notablemente el rendimiento fabril, la calidad del azúcar, el biotanol y otros derivados, consolidando a la provincia como líder en este cultivo estratégico.
En cuanto a la soja, Castagnaro detalló los logros del programa de mejoramiento genético, que ha incorporado genes de resistencia a enfermedades fúngicas a través de selección asistida por marcadores moleculares. Esto ha permitido desarrollar variedades que combinan sostenibilidad ambiental y eficiencia económica. “La incorporación de tres genes de resistencia en un solo genotipo no solo reduce el uso de agroquímicos, sino que también mejora la producción, haciendo la actividad más sostenible desde lo económico, ambiental y social”, agregó. Este enfoque integral muestra cómo la tecnología genética puede responder a las crecientes demandas de sostenibilidad en el sector agrícola.
Otro tema relevante presentado en el congreso fue el uso de bioinsumos, insumos biológicos que están revolucionando la manera en que se tratan y acondicionan las semillas. Estos productos, como bioinoculantes y fungicidas de origen natural, potencian el vigor germinativo y el crecimiento inicial de los cultivos, reduciendo la dependencia de agroquímicos tradicionales. Los ejemplos expuestos por el equipo del ITANOA abarcaron cultivos como poroto, garbanzo y soja, resaltando la versatilidad de estas herramientas en diferentes sistemas productivos.
El Congreso Argentino de Semillas también destacó la importancia de la cooperación entre los sectores público y privado, un aspecto que Castagnaro subrayó como fundamental para la generación de conocimiento y la transferencia tecnológica. Empresas nacionales, multinacionales e instituciones de investigación confluyeron para intercambiar experiencias y buscar soluciones innovadoras a los desafíos del sector. “Esta interacción es esencial para avanzar hacia una producción sostenible, que fue el lema del congreso”, afirmó el investigador.
Además de su participación activa en el evento, el ITANOA se benefició al conocer los avances en otras áreas como cultivos forrajeros y forestales, donde si bien su intervención es más limitada, destacaron la riqueza de las presentaciones realizadas por otras instituciones y empresas. Este intercambio, según Castagnaro, no solo fortalece las capacidades de los equipos locales, sino que también permite identificar oportunidades de colaboración a nivel nacional e internacional.
El compromiso del ITANOA con el desarrollo sostenible se refleja en cada uno de sus proyectos y líneas de investigación. “La calidad de las semillas es fundamental para la producción agroindustrial porque es donde empieza todo”, enfatizó el director del instituto. Desde la mejora genética hasta la implementación de bioinsumos, su enfoque apunta a garantizar que el agro argentino siga siendo competitivo, eficiente y respetuoso del medio ambiente.
En un contexto donde los desafíos climáticos y económicos plantean grandes interrogantes para el sector agrícola, el trabajo del ITANOA y su participación en eventos como este congreso son una muestra de cómo la ciencia y la tecnología pueden ofrecer respuestas concretas. Innovar en semillas no es solo un asunto técnico, sino una apuesta por el futuro de la producción agrícola y la calidad de vida de las sociedades que dependen de ella. La semilla, como bien dijo Castagnaro, es la base de todo, y garantizar su calidad es construir un camino hacia una agroindustria más justa y sostenible.
(Fuente: Suena a Campo)