La campaña agrícola 2025 se presenta con un horizonte optimista en el norte de Argentina. La combinación de condiciones climáticas favorables, disponibilidad de insumos y una planificación ajustada a las particularidades de la región permite prever un aumento en la productividad y un desempeño superior al del año pasado. Para entender este panorama, desde SUENA A CAMPO nos contactamos con el ingeniero agrónomo Hernán Ingrassia, asesor del Grupo Bermejo, quien analizó los desafíos y oportunidades de la nueva temporada agrícola.
“El año pasado fue muy difícil, especialmente en el norte de Salta, donde trabajo desde hace varios años. Sin embargo, este año empezamos con un panorama distinto: perfiles más cargados y lluvias iniciales positivas. Esto nos da una perspectiva prometedora en términos de productividad«, afirmó Ingrassia.
El impacto de las precipitaciones tempranas se ha sentido de forma directa en la región. Según Ingrassia, estas condiciones han facilitado la implantación de coberturas de gramíneas, fundamentales para la posterior siembra de cultivos como el poroto, un pilar en esta zona. “Las lluvias nos han permitido generar coberturas que no habíamos tenido en años anteriores. Esto marca una diferencia significativa en la planificación y el desarrollo inicial de los cultivos”, explicó el ingeniero.
No obstante, las lluvias también han traído desafíos. La presencia anticipada de malezas ha obligado a los productores a intensificar los controles. “Hemos tenido que actuar más temprano y de forma más generalizada. Entre las malezas, el maíz guacho se ha vuelto un problema serio, ya que es fuente de inóculo para enfermedades como el espiroplasma”, advirtió.
Uno de los factores clave para una campaña exitosa es la disponibilidad de insumos. En este aspecto, Ingrassia considera que no existen grandes restricciones, salvo en el caso puntual de la semilla de poroto. “A diferencia de otros años, no estamos enfrentando una escasez de semillas de maíz. Sin embargo, en el caso del poroto, sí podría haber limitaciones en el suministro. Esto requiere una planificación cuidadosa”, señaló.
Un desafío central para los productores radica en los precios internacionales y su impacto en la rentabilidad. En el norte, donde predominan los cultivos de especialidades, los precios actuales de los commodities como el maíz y la soja no son favorables. “El costo de producción, sumado a la distancia de los puertos, hace inviable trabajar con estos cultivos. Por eso, las especialidades toman un rol clave en nuestra región”, comentó Ingrassia.
El ingeniero también enfatiza los desafíos específicos que enfrenta el maíz en la región, incluyendo el manejo de plagas como la chicharrita, vector de enfermedades complejas. “Para hacer maíz, necesitamos genética tolerante, un manejo preciso de la plaga y fechas de siembra adecuadas. Todo esto suma al esfuerzo necesario para garantizar resultados positivos”, asegura.
A pesar de los desafíos, Ingrassia mantiene un enfoque optimista respecto a la parte productiva de la campaña. “Pareciera que este año será mejor que los anteriores en términos de rendimiento. Sin embargo, no podemos anticipar los resultados antes de tiempo. La parte económica, en cambio, tiene más desafíos, especialmente con los precios internos en alza y un dólar que no acompaña”, analizó.
El ingeniero también destaca la necesidad de eficiencia en los costos y de medidas de apoyo por parte del gobierno. “El sector agropecuario es la locomotora de la economía argentina. Necesitamos políticas que nos acompañen, especialmente en un contexto donde los precios internacionales no favorecen. El gobierno ha hecho algunas reformas, pero aún hay mucho por hacer para sostener al sector”, sostuvo.
La campaña 2025 se perfila como un año de recuperación para el norte argentino, impulsada por condiciones climáticas iniciales alentadoras y una planificación estratégica que prioriza la productividad. No obstante, los productores enfrentan retos significativos, desde el manejo de plagas hasta la presión económica.
Como señala Ingrassia: “Este es un año para ser optimistas, pero también para mantener los pies sobre la tierra. La clave estará en ser eficientes y aprovechar al máximo las oportunidades que nos brinda la naturaleza y el mercado”. Con esta combinación de estrategia y esfuerzo, el campo argentino busca superar sus propios límites y contribuir, una vez más, al desarrollo económico del país.
(Fuente: Suena a Campo)