En el mundo agropecuario, donde las dinámicas cambian rápidamente y la innovación tecnológica marca el ritmo, la capacidad de delegar no solo es una herramienta clave, sino una necesidad para las empresas que buscan mantenerse competitivas. Sobre este tema conversamos con el ingeniero Martín Gana, consultor privado y representante de Select Debernardi en el NOA, quien, en diálogo con SUENA A CAMPO compartió su experiencia y reflexiones sobre la importancia de la delegación para construir equipos eficientes en el sector.
«Lo que falta para alcanzar los objetivos no es solo tener los recursos materiales o estructurales, sino también cómo gestionamos el recurso más importante que tienen las empresas: las personas«, afirmó Gana, poniendo en evidencia que, aunque el sector agropecuario es altamente técnico, el capital humano sigue siendo el motor principal del éxito. Para Gana, la clave está en armar equipos con roles bien definidos y claros, lo que permite optimizar la gestión empresarial y, al mismo tiempo, impulsar el crecimiento personal y profesional de cada integrante.
Sin embargo, delegar no es una tarea sencilla. Según el consultor, una de las principales barreras para los productores es identificar qué tareas pueden y deben ser delegadas. «Hay cosas que solo el dueño de la empresa puede hacer, y hay cosas que el gerente de producción o el gerente general tienen que asumir. La clave es reconocer estos puntos y estructurar los organigramas para lograr eficiencia«, explicó. Este proceso es particularmente importante en un contexto económico que exige empresas más rentables y resilientes ante la pérdida de ventajas tradicionales como los créditos blandos o los beneficios cambiarios.
Un desafío adicional en el proceso de delegación es la convivencia generacional dentro de las empresas. «Muchas veces la primera barrera es generacional. A los mayores les cuesta delegar porque piensan que nadie puede hacer la tarea como ellos, mientras que las generaciones más jóvenes tienen una mayor predisposición a asumir responsabilidades«, comentó Gana. Sin embargo, destacó que este choque de perspectivas puede transformarse en una fortaleza si se logra sinergia entre generaciones: «Los mayores aportan experiencia, y los jóvenes traen frescura, proactividad y ganas de hacer crecer las empresas».
Otro aspecto fundamental en la construcción de equipos eficientes es la comunicación interna. Gana insistió en que delegar no significa simplemente transferir responsabilidades, sino acompañar al equipo en el proceso: «Delegar implica enseñar, seguir, buscar indicadores y ajustar. La comunicación efectiva entre lo que sucede en el día a día y lo que ve estratégicamente el dueño de la empresa es la clave del éxito«. Este enfoque estructurado y meticuloso, basado en reuniones efectivas, roles claros y protocolos definidos, contribuye a una gestión más ágil y con mejores resultados.
La incorporación de tecnología en el sector agropecuario también juega un rol esencial en el desarrollo de equipos eficientes y en la atracción de nuevas generaciones al campo. «Hoy tenemos que competir por los recursos, y eso incluye a las personas. La tecnología no solo hace más eficiente el trabajo, sino que también jerarquiza los roles y los hace más atractivos para los jóvenes», señaló Gana. Ejemplos como la implementación de robots de ordeñe, drones y collares para la detección de celos demuestran cómo la tecnología puede mejorar los procesos y al mismo tiempo captar el interés de una nueva fuerza laboral.
Sin embargo, la profesionalización no solo se limita al uso de tecnología o al desarrollo de habilidades técnicas. Para Gana, la verdadera profesionalización de los equipos está en la capacitación continua. «Hay inseminadores, tractoristas y mixeros que son auténticos profesionales en lo que hacen, y la clave está en seguir capacitándolos. No se trata solo de acumular títulos, sino de especializarse en lo que cada uno hace para lograr el máximo nivel de eficiencia«, explicó.
El consultor también subrayó la importancia de un liderazgo flexible y de la incorporación de habilidades blandas, como el trabajo en equipo y la gestión del liderazgo. «La formación tradicional en el sector agropecuario es dura, enfocada en resultados como kilos por hectárea o litros por vaca. Pero el verdadero éxito está en incorporar procesos que fomenten el liderazgo y la delegación«, agregó.
El proceso de delegación, aunque desafiante, trae consigo grandes beneficios. Según Gana, permite a los dueños y gerentes de las empresas enfocarse en tareas estratégicas mientras empoderan a sus equipos para asumir responsabilidades operativas. Esto no solo genera resultados más rápidos y efectivos, sino que también fomenta un ambiente laboral más motivador y dinámico.
A modo de cierre, Gana reflexionó sobre la importancia de tener una visión clara y compromiso con la mejora continua: «El primer paso es tener un norte claro. Saber hacia dónde queremos ir y trabajar para conseguirlo. Los equipos eficientes no se arman de un día para otro, pero con comunicación efectiva, protocolos claros y capacitación continua, es posible construir empresas más exitosas».
Con este enfoque, el desafío de delegar deja de ser un obstáculo y se convierte en una herramienta transformadora para el sector agropecuario, donde la interacción entre tecnología, generaciones y profesionalización puede marcar la diferencia entre el éxito y la supervivencia.
(Fuente: Suena a Campo)