Después de varias semanas de calor extremo y falta de precipitaciones, en los últimos días algunas lluvias llegaron a Tucumán, generando alivio entre los productores agropecuarios. Sin embargo, desde APRONOR advierten que este fenómeno no es suficiente para revertir los efectos de la sequía prolongada y que la situación sigue siendo preocupante para la campaña 2025.
Para conocer más detalles sobre cómo afectan las condiciones climáticas al agro en el NOA y qué se espera para los próximos meses, en diálogo con SUENA A CAMPO, Hugo Meloni, miembro de la Comisión Directiva de APRONOR, nos compartió su análisis de la situación y las perspectivas del sector.
El sector agropecuario enfrenta un año desafiante en la región norte del país. Según Meloni, las condiciones climáticas han sido irregulares, con precipitaciones focalizadas y desiguales. “Este es un año bastante atípico para lo que estábamos acostumbrados. Supuestamente un año Niña, como dicen, pero en nuestra región tiene algunas características distintas a lo que ocurre en la zona núcleo”, señala Meloni.
Si bien las lluvias trajeron cierto alivio, no fueron generales ni suficientes en todas las zonas. «Hubieron lluvias muy focalizadas, muy aisladas. No han llegado a ser lluvias generales, incluso con milimetrajes muy variados en toda la zona. Con lo cual, hay zonas que les fue muy bien y otras que tuvieron muy poca precipitación», explica Meloni.
La situación sigue siendo incierta para los productores. «Estamos a mitad del partido, todavía faltan varios días por delante para que podamos respirar con alivio«, compara el productor. A pesar de las precipitaciones recientes en Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, en el norte del país el panorama sigue siendo incierto. “Nosotros seguimos distintos pronosticadores y, si bien en algunos lugares hubo buena cantidad de agua, en otros apenas dio un respiro”, agrega.
Las altas temperaturas han agravado la situación. «El calor fue excesivo, tanto en la cantidad de días como en la magnitud. Hubo zonas con temperaturas por encima de los cuarenta grados y, de noche, no refrescaba, con lo cual las plantas no tenían respiro y se vieron zonas donde se perdió bastante», lamenta Meloni.
El déficit hídrico también afectó el desarrollo de los cultivos. «Hay lugares donde las plantas colapsan y ya no se recuperan más«, advierte.
De acuerdo con los reportes de distintos productores, las lluvias fueron más generosas en el oeste de Santiago del Estero y el sur de Salta. «Curiosamente, en lugares habitualmente más cálidos, como el borde de Tucumán o el oeste de Santiago, hubo mejores precipitaciones«, comenta Meloni. En contraste, en las zonas centrales de Tucumán la situación fue más crítica. “Hay lugares donde ya no hay salvación para el cultivo”, afirma.
El poroto fue uno de los cultivos más afectados. «Fue uno de los últimos en sembrarse, y las plantas eran muy chicas. No llegaron a prosperar y se secaron por el calor«, explica Meloni.
La soja, aunque más resistente, también sufrió estragos: «Hubo zonas donde las plantas colapsaron. En cuanto al maíz, la falta de agua provocó un retraso en el crecimiento, aunque no murió del todo».
Las condiciones climáticas también han afectado la planificación de la campaña. «En algunos casos, donde estaba previsto sembrar soja, se pasó la fecha óptima y se optó por el poroto», explica Meloni.
Según el productor, la siembra está entrando en su etapa final: «Ya no se siembra soja ni maíz. Ahora está faltando el poroto, pero quienes sembraron temprano no tuvieron buenos resultados porque el calor afectó mucho».
Las expectativas para la cosecha 2025 siguen siendo inciertas y dependen de las lluvias futuras. «El partido sigue jugándose. Si en los próximos días se dan lluvias de 30 a 40 milímetros con cierta periodicidad, podría ser un buen año», opina Meloni.
Desde Apronor, la principal recomendación para los productores es la prudencia en los gastos. «Uno siempre quiere tener el mejor cultivo, pero eso implica un costo mayor, y si las condiciones no acompañan, puede ser un problema«, advierte Meloni. «Es importante ajustar los costos al máximo y ser prudentes con las inversiones».
En un año donde la incertidumbre climática es protagonista, la esperanza del sector sigue puesta en la lluvia. «Si llueve, muchos de los problemas se solucionarán o al menos se mitigarán«, concluye Meloni.
(Fuente: Suena a Campo)