Este 14 y 15 de mayo, la ciudad de Orán, en la provincia de Salta, será epicentro del conocimiento hortícola a nivel nacional e internacional. Allí se celebrará el Seminario Internacional Hortícola, una cita clave para productores, técnicos, estudiantes, distribuidores y profesionales de toda la cadena de valor del sector frutihortícola. Entre los disertantes más esperados se encuentra Mariano Winograd, referente indiscutido en frutas y hortalizas en Argentina, quien brindará una charla titulada “El mercado hortícola nacional frente a nuevos desafíos y la competencia internacional”.
“Orán ha sido durante muchos años la zona de producción de primicia de la Argentina, en horticultura, en banana, y en su momento también en cítricos”, recuerda Winograd. “Hoy nos encontramos en un contexto que, aunque complejo, también presenta una oportunidad. Con una inflación que ha empezado a desacelerar y una brecha cambiaria menor, el escenario puede ser favorable para la inversión. Pero necesitamos tecnología, mercados y un proyecto estratégico. Necesitamos entender hacia dónde va el mundo”, explica.
Durante su exposición, el especialista propondrá una reflexión profunda sobre el consumidor actual, el rol de la comunicación en el posicionamiento de los alimentos y el desafío de recuperar el terreno perdido frente a otros productos. “Cuando abrimos el Mercado Central, el consumo de frutas y hortalizas por habitante era de 180 kilos por año. Hoy estamos en la mitad. Hemos perdido mercado a manos de otros productos”, advierte.
Winograd pone el foco en la necesidad de una narrativa atractiva para las frutas y hortalizas, similar a la que han sabido construir industrias como la del vino, la carne o incluso los snacks. “Vi por todo Tucumán carteles de snacks picantes. En Argentina nunca se comía picante. Esa industria instaló en el imaginario del consumidor un deseo. Eso mismo tenemos que lograr con las frutas y hortalizas”, afirma.
En esa línea, destaca el trabajo de la ONG que preside, 5 al Día, una iniciativa global que busca promover el consumo de frutas y verduras a través de campañas educativas. “Tenemos un producto natural, saludable, fresco, lleno de colorido, que no engorda y que contribuye al desarrollo del territorio. Es un alimento que ha acompañado a la humanidad incluso antes que los lácteos”, dice, recordando con humor que los europeos cuando llegaron a América encontraron millones de personas que nunca habían ordeñado un animal.
Pero la charla de Winograd no se limitará a una visión romántica del sector. También pondrá sobre la mesa la necesidad de eficiencia, logística, articulación entre actores y visión compartida. “Pertenezco a un mundo en el que se comían 90 kilos de carne vacuna por año, y hoy se consume más pollo y cerdo. En el que el vino era moneda corriente y ahora la cerveza domina. Todo cambia, también los hábitos alimentarios”, señala.
Y, a pesar de los desafíos, mantiene una mirada optimista: “Tenemos productores jóvenes, conocimiento tecnológico, condiciones agroecológicas excepcionales. Si sumamos previsibilidad económica y acción colectiva, tenemos enormes perspectivas”.
La participación en el seminario no es solo para especialistas. Winograd invita también a los curiosos, a los docentes, a los cocineros, a los estudiantes. “Siempre en un seminario se aprende algo. La conferencia es importante, pero más lo es el pasillo, el intercambio, la pregunta que alguien lanza y abre un debate. He asistido a cientos de eventos, a veces como ponente, otras como público. Y siempre me llevé algo valioso”.
Frente a la creciente competencia internacional —especialmente con Brasil, que el año pasado inundó de productos el mercado argentino— y con vecinos como Chile y Perú avanzando en tecnología e inserción global, Winograd insiste en la urgencia de definir una identidad hortícola nacional. “Tenemos que comunicar mejor nuestra producción, mejorar la calidad, aumentar el consumo interno y, por qué no, exportar más. Pero no lo puede hacer una sola empresa, ni siquiera una muy grande. Necesitamos al comercio, la logística, la academia, la política, los trabajadores, todos”.
El Seminario Internacional Hortícola en Orán será, entonces, mucho más que una serie de conferencias. Será un espacio para reencontrarse, debatir y trazar líneas hacia el futuro. “Lo más rico no está en el PowerPoint del ponente —dice Winograd— sino en el intercambio de ideas, en la interacción humana, en lo que se gesta cuando nos reunimos con un propósito en común: crecer, aprender y proyectar”.