La aplicación de químicos es recomendada en esta campaña, pero deben ser utilizados con cautela.
Las condiciones climáticas llevaron a que los índices de maduración de la caña de azúcar en Tucumán estén por debajo de la línea normal para la época. Es por esto que desde la Sección Agronomía de la Caña de Azúcar de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc) de Tucumán, se elaboró un informe sobre “La maduración y el uso de maduradores químicos en caña de azúcar”.
Según indica la investigación, realizado por el doctor Eduardo Romero y la ingeniera Fernanda Leggio, la maduración de la caña de azúcar está controlada por distintos factores, de los cuales los ambientales son los de mayor importancia en la determinación de la acumulación de azúcar. “Las condiciones actuales (baja amplitud térmica, baja heliofanía y alta humedad ambiente y edáfica), favorecen el desarrollo vegetativo de los cañaverales, en detrimento de la acumulación de sacarosa”.
En el último muestreo prezafra realizado por la Eeaoc para conocer el estado madurativo de los cañaverales en Tucumán, se determinó que “los valores promedio de ‘Pol% caña’ y ‘Pureza’ para esta campaña son los más bajos de los últimos años para la misma época».
“Este panorama condiciona el comienzo de la zafra azucarera 2017, debido al anegamiento de los suelos, que impiden o dificultan los accesos a los lotes y, como ya se mencionó, a los bajos contenidos de sacarosa”. Para esta primera dificultad solo resta esperar que haya condiciones de tiempo seco, que permitan una disminución de la humedad en el perfil del suelo y admita el tránsito de equipos de cosecha.
En cuanto a la falta de maduración, “el uso de maduradores químicos es una herramienta de gran valor, pero debe
ser utilizada con cautela y responsabilidad”. Se recomiendan “aplicaciones hasta mediados de mayo”, ya que hasta ese momento los cañaverales irán disminuyendo su ritmo de crecimiento y no se verán afectados en su producción cultural. Además, resulta fundamental “efectuar una adecuada coordinación entre el momento de la aplicación y la cosecha”, a fin de que ésta se realice dentro de lo que se considera el Período Óptimo de Cosecha recomendado. Esto último permitirá minimizar los riesgos causados por la demora en la recolección. “Existen evidencias de que las aplicaciones que se efectúan en condiciones de alta humedad y/o seguidas de lluvias y temperaturas en descenso, resultan poco efectivas en la acumulación de azúcar”, afectando la producción cultural.
Programa
Por lo expresado, resulta una exigencia fundamental, consensuar y coordinar el programa de maduración. El mismo incluye tres etapas:
1) elección de los lotes;
2) elección del madurador, época y dosis a emplear y,
3) control de las aplicaciones aéreas y ordenamiento racional de la cosecha, que optimice la calidad fabril de la materia prima en la fase inicial de la zafra.
FUENTE: La Gaceta
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