En el comienzo de la campaña de siembra de trigo, que se inicia a medida que se van desocupando lotes de soja en nuestra provincia, debemos tener en cuenta algunos aspectos para lograr la mejor implantación del cultivo en este invierno
En diálogo con La Gaceta el Ing. Agr. Daniel Gamboa, Coordinador del Proyecto Trigo y Maíz del Programa Granos de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC) hizo algunas recomendaciones para hacer un buen manejo, optimizar los rindes y la calidad de la producción.
“En 2016, en Tucumán tuvimos un incremento del 18% en la superficie sembrada con trigo, respecto a la de 2015, al tiempo que se observó un crecimiento importante respecto a los años anteriores, impulsado por las nuevas políticas. No obstante, al avance que experimentó el cultivo de maíz, sumado al retraso producido en la reciente cosecha de soja, le restaría superficie al trigo, a pesar de contar con buenas condiciones ambientales y buena rentabilidad”, explico el experto.
Respecto a las expectativas de siembra, el Gamboa indicó, que, si bien no se espera un incremento en la superficie de este cultivo, se estima que será similar a la del año pasado, entre 100.000 a 110.000 hectáreas.
A fin de optimizar los rendimientos y la calidad de la producción, el especialista reseñó una serie de recomendaciones para el manejo para lograr este propósito:
1- Elección de los cultivares: lo ideal es utilizar semillas certificadas y de origen conocido.
Es preferible usar variedades en función de la fecha de siembra (de ciclos cortos, intermedios o largos).
En lo posible sembrar variedades de calidad 1, que permitirían llegar a la cosecha sin problemas de bajo gluten.
2- Distanciamiento: Las siembras pueden tener un distanciamiento de entre 52 cm y 25 cm. Recomendamos acercar las líneas, es decir, trabajar a 25 cm sería lo ideal, pero todo dependerá de la operatividad de cada lote.
3- Fecha de siembra: Normalmente, se siembran variedades de “ciclos largos” desde el 15 hasta el 30 de abril; las “intermedias” en la primera quincena de mayo, y las “cortas” desde el 15 hasta el 30 de mayo y primera semana de junio inclusive, midiendo la humedad del suelo.
En este momento estaríamos en fecha de siembra de variedades “cortas”, con 15 días más quizás.
4- Medir la humedad: Es importante llevar a cabo esta determinación a 1 metro de profundidad en el suelo, ya que nos indicara el momento óptimo para sembrar.
Cabe resaltar que, si bien este es un año con muy buena humedad en casi todos los perfiles, el productor no debe dejar de chequear la misma.
5- Curasemillas: Es clave usar un buen curasemillas, que pueda proteger el material tanto del ataque de insectos como de hongos.
6- Sembrar con un buen barbecho: Preparar con anticipación el terreno, controlando las malezas o plantas guachas del cultivo anterior, es tan importante como los puntos anteriores. No obstante, en gran medida esto depende de la cosecha de soja que viene atrasada.
Tener un buen barbecho y lo más anticipado posible para sembrar el trigo es fundamental para evitar lo que podrían ser algunas plagas de oruga que atacan al trigo cuando se siembra sobre un barbecho verde.
7- Análisis de suelo: Realizar el análisis químico del suelo antes de la siembra es necesario para conocer anticipadamente el contenido de nitrógeno.
Lo ideal sería tratar de proporcionar una fertilización de fósforo (P) y de nitrógeno (N2).
Si bien eso va a depender de cada lote, sería recomendable fertilizar con fósforo incorporado y después nitrógeno, para ayudar a que la calidad del trigo obtenido no dificulte su comercialización.
8- Enfermedades: Los materiales deben seleccionarse por su calidad y también por su sanidad, ya que no existen para este cultivo muchas estrategias de control económicas.
Fuente: La Gaceta
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