El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), un ente descentralizado del Ministerio de Agricultura, cuya presidenta es Susana Mirassou, redactó un manual de recomendaciones para el uso del lenguaje inclusivo para ser usado en el ámbito del organismo.
En el manual se precisa, entre otros puntos, que el personal del INTA lleva adelante el cumplimiento de la Ley Micaela que establece la capacitación obligatoria en la temática de género y violencia contra las mujeres. Señala que “hasta el momento 2900 agentes ya realizaron la capacitación”. El INTA tiene unos 7000 empleados.
Según se detalla, el manual “está dirigido a todo el personal del INTA” y “no tiene carácter sancionador ni restrictivo, sino que busca ser una guía, una herramienta de trabajo útil con enfoque de género”.
Precisiones sobre el texto
“Aspiramos a que permita revisar los usos en distintas situaciones comunicativas (oral, escrita, formal e informal, interna y externa) y propicie el uso de un lenguaje inclusivo que evite la discriminación y reproducción de los estereotipos de género”, señala.
Al respecto, entre otras recomendaciones, “se propone la utilización de pronombres y determinantes sin género”. Aconseja sustituir el uso de “el”, “los”, “aquel” o “aquellos” seguidos del relativo “que” por “quien”, “quienes y “cada”. Sobre esto, ejemplifica con evitar “el que suscribe” y hacerlo en cambio con “quien suscribe”.
Para los artículos, el manual habla de evitar el uso de “las /los” para incluir a las mujeres. “No es necesario usarlos siempre, ya que existen palabras que incluyen a las mujeres y a los hombres”, aclara en un tramo.
Respecto de este punto, propone evitar “los niños y las niñas” y recomienda por ejemplo “La población infante/La infancia”.
Errores que sorprenden
En otra parte, el manual del INTA aconseja evitar “marido y mujer” y sí, en cambio, optar por cónyuges. En el manual está escrito “conyugues”, es decir mal porque no le pusieron tilde y la segunda “u” está de más.
“A menudo repetimos fórmulas del lenguaje que, debido a su contenido, y no tanto a la forma, subordinan u ocultan al género femenino. Es decir, el sentido del mensaje comunica la subordinación de la mujer por el hombre”, señala el texto.
Además de no usar “marido y mujer”, aconseja, por ejemplo, no emplear “los trabajadores y sus familias” y sí “las y los trabajadores y sus familias”.
Fuente: ABC Rural