En la agenda agrícola de nuestro país, el tema de mayor importancia es la ley de biocombustibles. Recientemente se prorrogó el régimen por 60 días, y aún hay incertidumbre sobre qué sucederá cumplido este plazo.
Por otro lado, hace unos días se elevó al Congreso de la Nación un proyecto de ley para la creación del INAA (Instituto Nacional del Azúcar y Alcohol). El mismo fue elaborado por legisladores y diputados nacionales de la provincia de Tucumán.
El objetivo principal es fortalecer al sector azucarero, no sólo en Tucumán sino también en otras provincias productoras de azúcar y bioetanol.
“Desde el IPAAT (Instituto de Promoción de Azúcar y Alcohol de Tucumán), no podíamos cumplimentar las necesidades actuales del sector. Lo que se vino haciendo los últimos años solo fue brindar datos estadísticos. Lo que hoy necesitamos son datos para planificar el futuro de esta actividad”, comentó el presidente de la Federación Económica de Tucumán, contador Héctor Viñuales.
Además indicó que en esta época se presenta un muy buen precio en el mercado internacional de crudo, sin embargo no se lo aprovecha, porque no se trabajó en materia de exportación, sumado a un dólar oficial que claramente no cubre los costos internos .
“De alguna manera el INAA va a trabajar en la problemática global de la actividad”.
El presidente de la Federación Económica de Tucumán puso de manifiesto que “nuestra provincia no puede manejar aisladamente la actividad azucarera como lo venía haciendo desde el IPAAT , porque como sabemos también intervienen en la producción de azúcar Salta, Jujuy y otras provincias del centro como Santa Fé”.
En referencia a este aspecto, Viñuales señaló que en los ingenios tucumanos se fija un cupo para exportar, para no provocar una sobreoferta y la consecuente baja en el precio del azúcar. “La idea es que esa misma obligación, compromiso y derechos tengan también las otras provincias”.
Todo esto con el fin de conseguir en el mercado la cantidad necesaria de azúcar para el correcto abastecimiento y a su vez, tenga un precio rentable para el productor y para la cadena de comercialización.
En este sentido y para explicarse mejor, recordó lo ocurrido con el sector vitivinícola y yerbatero. “Uno era muy chico, pero antes se compraba un kilo de azúcar y te daban de yapa dos kilos de yerba mate, porque era muy valiosa. Hoy en cambio, la yerba se encuentra muchísimo más cara, tres veces el valor del azúcar, lo cual habla del trabajo de revalorización que se hizo a través del instituto yerbatero”.
Consultado por la elaboración del proyecto, Viñuales explicó que el mismo se fue consensuando con los productores, “viendo la problemática en general del sector y teniendo en cuenta la mirada de cada uno de los actores productivos”.
La Federación Económica de Tucumán participó de la iniciativa de crear este instituto nacional por la incumbencia que tiene en la rama productiva, industrial y de comercialización de productos.
En cuanto al precio del producto en cuestión, Viñuales explicó que “el azúcar es nuestra moneda, y si la moneda pierde valor, pierde valor todo, los inmuebles valen menos, y se vende menos”.
De esta premisa nació la idea de un instituto nacional, con participación del sector privado y la mirada estatal, como así también el reclamo por la prórroga de la ley de biocombustibles. “Tuvimos reuniones virtuales -que fueron muy concurridas- con los presidentes de federaciones de todas las provincias y de toda la cadena de producción, industria y comercialización. Porque todos los empresarios entienden que si esto no se llegara a prorrogar el precio del azúcar caería”.
En cuanto a la continuidad del instituto provincial, el presidente de la FET manifestó como una posibilidad que “si el proyecto nacional sale, el IPAAT deja de tener vigencia”.
Ecuación económica de la actividad sucroalcoholera
Viñuales hizo un análisis claro sobre los números del sector. “Esto es como una polinómica, donde el número final es la utilidad del negocio”.
En la actividad sucroalcoholera, una parte del negocio está dada por el precio del azúcar en el mercado interno; el otro es el precio del bioetanol; y por último la parte a exportar, que normalmente es a pérdida -hoy no lo sería por el precio internacional-. “Entonces la sumatoria es lo que tiene que dar como resultado final una utilidad. Pero si los tucumanos exportamos a pérdida, y el ingenio de salta no exporta nada, hace que la oferta en el mercado interno sea mayor y el precio cae aún más. Este es el concepto macro de la creación de este instituto nacional”.
Un sector decepcionado por las falsas promesas del Ejecutivo Nacional
“Al principio dejamos que el ejecutivo nacional avance en el tema de los biocombustibles, con la idea de que iban a trabajar con sus legisladores en una nueva ley. Se sancionó de manera unánime en la Cámara de Senadores la prórroga y luego quedó trabada por decisiones políticas en la Cámara de Diputados”.
“Recién en ese momento comenzamos con los reclamos, porque nos llevamos de la promesa del poder ejecutivo que se iba a prorrogar. Claramente no sucedió, y sumado a esto se presentó un nuevo proyecto donde no está prevista la fijación de precio en forma clara. Lo que expresa es que el precio será fijado por la Secretaría de Estado, es decir, una persona, de acuerdo al costo con una utilidad razonable”.
La observación en este punto, se debe a que anteriormente “el plan alconafta se cayó porque no le dieron precio al alcohol. Por eso es importante este aspecto además de la prórroga”, finalizó.