En este contexto de pandemia, se hace fundamental la sanidad e inocuidad de los alimentos frescos como frutas y verduras. En este sentido, el rol del Senasa juega un papel fundamental, en especial el área de protección vegetal que actualmente realiza los respectivos controles para darle trazabilidad a los alimentos, y el monitoreo de plagas y enfermedades.
«Nuestra tarea comienza en los establecimientos productivos -en el campo-. A los cuales se los incorpora en nuestro sistema dentro del Registro Nacional de Productores Agropecuarios (RENSPA). Desde allí ingresan a un sistema de trazabilidad a través del DTV (Documento de Tránsito Vegetal), en el cual los productores detallan el origen y el destino de su producción», explicó para Suena a Campo el coordinador del área de protección vegetal del Senasa NOA Sur, Ingeniero Gustavo Dada.
Y destacó que mantener todos los protocolos de higiene y seguridad -tanto en el campo como en la industria- es esencial para garantizar la inocuidad y la sanidad de los alimentos, ya que su consumo incide directamente en la salud humana. Además, Dada agregó que no solo es importante el control en el campo y en la industria o empaques, sino también durante el traslado de los alimentos.
Bajo este escenario, la entidad nacional estuvo realizando controles sorpresivos en las rutas del NOA a fin de preservar la sanidad animal y vegetal; la inocuidad e higiene de los alimentos; y evitar el ingreso indebido de materiales de propagación. Esto es para preservar la provincia y permitir que siga estando libre de la enfermedad HLB de los cítricos y su vector el insecto psílido asiático o chicharrita de los cítricos (Diaphorina citri) principalmente.
«Existen barreras fijas para el ingreso a la provincia y también barreras móviles para detectar caminos alternativos, en búsqueda de irregularidades que pongan en juego la sanidad de los cítricos», explicó.
En relación a esta enfermedad, Dada comentó que desde el programa de Sanidad Vegetal, se realiza la prevención del HLB. La misma es una devastadora enfermedad de los cítricos y que no tiene cura. «Estamos permanentemente monitoreando las fincas en busca tanto de la enfermedad cómo del insecto vector para asegurar el correcto estatus sanitario de las frutas de la provincia».
Desafíos en pandemia y trabajo en equipo
Consultado por los desafíos que representó para el sector agropecuario trabajar en pandemia, Dada dijo que si bien se pudo cumplir con las tareas, hubo menos mano de obra y más protocolos. Pero «mucha conciencia y trabajo en equipo con otros organismos: la EEAOC en Tucumán, Afinoa, y productores privados que también colaboraron en diferentes programas para el control y prevención de enfermedades».
Otros Programas Sanitarios Llevados a cabo en la provincia
En relación a otros programas sanitarios vigentes en Tucumán, el ingeniero encargado de Protección Vegetal indicó que además del programa de prevención contra el HLB se están llevando a cabo otros como el de «prevención y erradicación de Lobesia botrana» -un lepidóptero que ataca a los viñedos y a la producción de arándanos-. Está plaga no está presente en la provincia pero se monitorea, caminando las fincas y utilizando trampas. Además se realiza el control de dípteros (moscas).
«Con INTA Famaillá y la EEAOC estuvimos trabajando en el monitoreo de Drosophila suzukii (mosca de alas manchadas), una plaga nueva. Y estamos analizando el impacto que tiene en distintos ambientes y en distintos cultivos«.
Por otro lado, a nivel país se continúa con el monitoreo de langostas. «Este programa es muy importante por su gran poder de dispersión, ya que pueden moverse hasta 100 kilómetros por día«.
«Nuestro trabajo principal, es proteger a los productores revisando continuamente el estado fitosanitario de los establecimientos. Asimismo, proteger los destinos para que los mercados sigan abiertos; y sobre todo proteger la mesa de la población», concluyó.