La compra de dos dosis de la vacuna Sputnik V para toda la población argentina y aún sobrarían US$245 millones es el monto de dinero anual que termina en mano del Estado por las retenciones cobradas durante un año a las exportaciones a la producción de cuatro departamentos cordobeses: Río Cuarto, Marcos Juárez, San Martín y Tercero Arriba.
Esa recaudación tributaria podría trasladarse a inversiones en cuatro plantas de bioetanol de 100.000 metros cúbicos, 16 eléctricas de biogás de 2 MWh, ocho molinos harineros de 450 toneladas/días, 48 granjas de cerdos de 100 madres, cuatro frigoríficos de cerdos equivalente a 12.000 madres cada uno y uno de exportación de bovinos de 100.000 cabezas/ año. En este contexto, lo que se va de retenciones de esos departamentos alcanza para pagar las dos dosis Sputnik V para todos los argentinos e incluso queda un remanente de US$245 millones.
Los datos se derivan del estudio “El impuesto que nos quita a todos”, de la Fundación Instituto de Investigación de la CEEA Regional Córdoba y de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (Fada). Las inversiones que se podrían realizar generarían empleo para 17.500 familias.
Esas tierras cordobesas cultivan 3,2 millones hectáreas de soja, maíz, trigo y maní y generan una de cada tres toneladas de granos de la provincia. En total suman 13 millones toneladas entre soja, maíz, trigo y maní por año. La producción de soja, maíz, trigo y maní, de los departamentos seleccionados.
Si se suman otros impuestos nacionales, provinciales y municipales, el aporte tributario total alcanza los US$1468,2 millones. Sin embargo, las retenciones representan tres cuartos del aporte global y generan efectos regionales “negativos como un menor federalismo fiscal, menores recursos económicos a nivel local y un menor nivel de inversión y producción”.
La presión tributaria promedio a nivel país es del 30,5%, sin embargo, en la agricultura en el departamento Río Cuarto alcanza el 43,7%, en Marcos Juárez 43%, es del 42,9% en Tercero Arriba y del 41,2% en San Martín.
David Miazzo, economista jefe de FADA, explicó que la realidad detectada en la zona analizada es extrapolable a otras regiones o ciudades de la Argentina. Los autores del trabajo también grafican el peso de las retenciones en otras áreas: con lo recaudado en una región como la analizada se podría financiar el 80% del presupuesto del sistema educativo de la provincia de Córdoba o podrían funcionar 203 hospitales.
Las retenciones son, a criterio de Gabriel De Reademaeker, vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), un impuesto “absolutamente injusto, por cuanto no contemplan realidades productivas, resultados productivos ni económicos, distancias a los centros de comercialización o de exportación, nada. Son un traslado real y directo de resultados desde el interior hacia los diferentes gobiernos, particularmente al nacional”.
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Efecto cascada
Para dar una idea del movimiento total que genera la producción de esos cuatro departamentos cordobeses es que para transportarla son necesarios 650.689 fletes de camión, entre fletes cortos y largos, con un valor de $ 32.000 millones.
Además interviene en la siembra, cuidado y cosecha una inversión de US$836 millones en maquinaria agrícola sumando 980 equipos de siembra gruesa, 136 equipos de siembra fina, 530 pulverizadoras autopropulsadas y 670 equipos de cosecha.
En esa zona de Córdoba se invierten anualmente unos US$180 millones en fertilizantes, US$214 millones en semillas y US$203 millones en sanidad vegetal, con sus impactos en la cadena de producción y distribución de insumos.
El reporte enfatiza que, por el peso de los impuestos, la producción vale menos. “La lógica funciona así: los impuestos a las exportaciones hacen que la producción agrícola de estas regiones valga menos, y esto se traduce en menores ingresos para la región, menos actividad económica, menos inversiones y menos empleo”, apunta Miazzo.
Todos los años se van US$1161 millones de los cuatro departamentos analizados que, a valores actuales, son $100.000 millones de pesos que “no generan consumo ni inversiones en los pueblos y ciudades” de esas regiones.
Alejandro Buttiero, presidente Regional Córdoba de Coninagro, remarcó que ese dinero “se va, no vuelve y que se podría materializar en plantas procesadoras de la materia prima, que eso generaría muchísimo empleo y desarrollo local y regional”.
Lo que se va en retenciones en el departamento Río Cuarto es el equivalente a 4,5 presupuestos de la ciudad de Río Cuarto; en Marcos Juárez equivale a 26 veces el presupuesto de esa municipalidad; en Tercero Arriba el aporte es igual a siete presupuestos de la ciudad cabecera y en San Martín, a tres de Villa María.
En tanto, con el aporte de retenciones anuales de los cuatro departamentos se podrían mejorar con ripio los 17.300 km de la red de caminos de estos departamentos. “Es crucial contar con caminos rurales en buenas condiciones, por lo que no podía faltar la comparación con el costo de arreglarlos. Esto sirve no solamente para la producción, sino que va más allá porque impacta en el arraigo, por ahí circulan médicos, policías, maestros, etc”, agregó Miazzo.
Fuente: La Nación.