Se sabe que Miguel Torres Del Sel es un destacado humorista, que incursionó en la política como diputado nacional, dos veces candidato a gobernador en Santa Fe y hasta como embajador en Panamá durante la presidencia de Mauricio Macri. Pero no muchos conocen su faceta de productor ganadero, que comenzó hace varios años, pero a la cual le dedica más tiempo desde principios del 2020, a partir de la llegada del Covid-19 a la Argentina.
“Me sirvió vincularme más con esta actividad para estar más tranquilo durante la pandemia. Porque tenía bastante miedo de contagiarme y hasta morirme, como le pasó a mucha gente. Al principio, en el campo tenían temor de que yo les lleve el virus porque viajaba desde la capital de Santa Fe, donde vivo. Nos hablábamos con el puestero a 5 metros y por ahí éramos 4 con un mate para cada uno. Si uno lo recuerda ahora, era hasta bastante graciosa la situación”, relató el ex integrante del histórico trio humorístico Midachi.
El actor posee tres campos en el norte santafesino. Antes de operarse hace poco de su rodilla, por lo cual hace más de un mes que está en reposo, Del Sel permanecía de martes a viernes a uno de estos establecimientos, ‘El Cacique’, ubicado en el pueblo Cacique Ariacaiquín del Departamento San Javier. Para llegar, viajaba unos 170 kilómetros. “Durante 30 y pico de años, cuando estaba más abocado a lo artístico, iba una o dos veces por año. Mientras que a partir de la pandemia empecé a ir casi todas las semanas”, aseguró.
“Hace casi 30 años compré El Cacique, donde hago exclusivamente ganadería al igual que en los otros dos. Mi primo Luis Torres Del Sel, con quien somos socios en la parte de producción, me aconsejó invertir en el sector. Él administraba un establecimiento de la tía de su esposa, y cuando me empezó a ir bien con Midachi me decía que tenía que comprar uno, porque él lo veía como una alcancía. Me remarcaba que nadie me lo iba a robar, que no me iba a arrepentir. Y así empecé”, comentó.
Luego, ya hace 24 y 27 años, Del Sel adquirió otros dos establecimientos, “La Florencia” y “La Micaela”, ubicados a 50 y 70 kilómetros de “El Cacique”, también en San Javier, más específicamente en La Brava. “El 1 a 1 me permitió comprarlos. Hoy me sería imposible, no los compraría con Midachi ni con nada. Hay tipos que tienen grandes cabañas y muchas extensiones, pero yo soy un productor de mediano a chico”, indicó.
Por otro lado, contó: “De los 3 lugares, en El Cacique es donde hago base, porque tengo una casa para quedarme. Todos tienen montes. En ninguno he desmontado nada, son tierras blancas, para hacer ganadería sí o sí. En ‘El Cacique’ hay unas 20 hectáreas para agricultura, pero preferí alquilarlas, porque sembrarlas representa un costo y un riesgo que no lo quiero correr”, aseveró.
En tanto, el humorista reflexionó que “no es fácil” vivir de esta actividad. “Midachi duró 37 años y todo lo que gané en ese tiempo lo fui invirtiendo en el campo. Eso me permitió que crezca, pero de lo contrario hoy no sé si lo tendría. Porque te lleva mucho tiempo y gastos entre las vacunas, los veterinarios, los impuestos, los empleados, y los alambres. Y de tres jaulas que se venden, una se la lleva el Gobierno. Los números son muy finos, algo que estoy comprobando ahora, en estos dos años de pandemia que no he podido actuar y vivo solamente de esto. De hecho, me voy a achicar, porque a ‘La Micaela’ la voy a poner en alquiler”.
En ese sentido, enumeró: “Hay distintos problemas, desde los cuatreros que roban ganado hasta la mortandad de los animales. La mayoría de la gente por ahí cree que tenés 10 vacas y dan 10 terneros, pero después resulta que nacen 5 o 6. Hay que saber cuándo comprar y cuándo vender. La ganadería no es tan simple como se piensa cuando ven desde el auto a las vacas comiendo pasto en una pradera”.
Cómo es el trabajo del ex Midachi en el campo
Sobre su forma de trabajo, comentó que es totalmente pastoril, aunque hace “algún refuerzo” de alimentos a los toros antes de entrar a servicio o algunos terneros cuando lo requieren. “Tengo ejemplares de las razas Brangus y Braford. Me divierto yendo a los remates, constantemente me invitan a los que se hacen en la zona, como en las localidades de San Justo y Reconquista. Voy con mi primo y el encargado, que son los que más saben. De a poco, me fui dando cuenta de los detalles que hacen al animal, como su caja, la circunferencia escrotal, el color, y la pigmentación”.
En lo que hace a las tareas cotidianas, relató que cuenta con más de 20 caballos para arriar a las vacas y que a veces ayuda a sus empleados. Ahora, está aprendiendo a manejar el tractor.
Sobre la posibilidad de hacerfeedlot, la descartó por completo: “Me sería imposible. Debería dedicarle más tiempo a eso, tener tierras más buenas para sacar el alimento de ahí y vender el resto. Es otro negocio que no lo conozco”.
En cuanto a la agricultura, consideró: “Es una actividad con más riesgo, porque cae una piedra o aparece una plaga, y te fulmina. La ganadería es algo más chico, pero más seguro, me parece”.
Sobre su futuro en el mundo de la farándula, aseveró: “Siempre estoy ligado a lo artístico. Acabo de grabar una canción para el grupo Niche de Colombia, que es un gusto que me di, y la estoy promocionando. Me están ofreciendo hacer una comedia en Villa Carlos Paz en el verano, conducir mi show y tengo una idea de para armar un espectáculo. Pero estoy dependiendo de mi rodilla, que la tengo inflamada y estoy rengo. Si no puedo moverme naturalmente, no puedo trabajar”.
Por último, vale aclarar que no es el único de los tres ex Midachi vinculado con el campo. Ya que Darío “Chino” Volpato también decidió invertir en el sector. “Pero él tiene tambo en Sunchales, es otro rubro”, aclaró Del Sel.
Cepo, impuestos y dificultad para conseguir empleados
Si bien aclaró que por el momento no piensa volver a participar activamente de la política, Del Sel dio su mirada sobre algunos temas que hacen a la realidad económica y se vinculan con el sector. “Si los los impuestos fueran un poco más suaves, uno por ahí podría comprar más maquinaria, arriesgarse a sembrar o incorporar un par de toros más. O arreglar los caminos, porque tengo 30 kilómetros de tierra para poder entrar a los campos, y cuando llueve tengo que esperar una semana o diez días hasta que seque. Todas esas son incomodidades que van en contra de lo que hace uno. Siempre se está peleando con un porcentaje muy chiquito (de ganancia) y la actividad debería tener una renta más importante para poder invertir más y dar más trabajo. Ahora también tuve que cambiar mi ritmo de vida, más allá de que no me quejo de nada, porque me recibí de profesor de educación física y la vida me ha dado mucho más de lo que pretendía”.
Fuente: TN