Si bien el principal damnificado por la sequía y el primero en sufrir las consecuencias del desastre productivo fue el agricultor, los efectos de esta situación impactarán a lo largo de todo el año sobre la economía nacional y, en especial, sobre el sector agroindustrial y las actividades vinculadas directa e indirectamente a este. Es por eso que el semestre que acaba de cerrar es uno de los peores de las últimas décadas para todo el campo argentino.
Según marcó un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), no hubo un solo actor de la cadena granaria que no haya sentido el impacto. “El brutal golpe de la sequía se hace sentir. La comercialización en el mercado interno, la descarga de granos en puertos, los embarques y nuevos negocios de exportación tocan nuevos mínimos”, indicó el trabajo hecho por Emilce Terré y Natalia Marín.
El primer impacto fuera de lo que es el productor, se da en el ámbito meramente interno, ya sea en el volumen comercializado de los granos, como en su transporte. De esta manera, el informe puntualizó que en el primer semestre del año se negociaron 51,4 millones de toneladas, el volumen más bajo, por lo menos, desde 2017, cuando el Monitor SIO-Granos, plataforma oficial donde se registran operaciones de compra y venta de granos, comenzó a seguir la serie.
“Es clave resaltar que durante el primer semestre de 2023 estuvo vigente la 3ra edición del Programa de Incremento Exportador (conocido como “dólar agro”), que estableció un tipo de cambio diferencial transitorio para la exportación de no sólo soja (como en sus versiones anteriores), sino también girasol, sorgo y cebada. Es inevitable pensar, que tal vez sin el incentivo del programa en esta primera mitad del año, la comercialización de granos en el primer semestre de 2023 se hubiera posicionado como la más baja de la historia”, marcó el trabajo.
Ahora bien, si se analizan exclusivamente las ventas de soja en el mercado local de los últimos 5 años, se puede advertir que prácticamente todos los meses del año 2023 han sido los más bajos en comercialización. La única excepción es mayo, que, ante la vigencia del PIE, alcanza el octavo puesto dentro de los meses de mayor volumen negociado y esto se debe exclusivamente a la vigencia del programa incremento exportador en dicho mes, detalló el trabajo.
Logística
El transporte de carga fue otro sector que sufrió el impacto de manera directa durante este primer semestre. Así, el trabajo marcó que el volumen de granos descargados en los puertos del Gran Rosario en el primer semestre del año es el más bajo desde, al menos, el año 2001, con solo 12,6 millones de toneladas, acumulando una caída cercana al 60% respecto al año pasado.
En este sentido, durante el mismo período del año pasado se habían descargado en las terminales portuarias rosarinas 29,9 millones de toneladas de granos, incluyendo maíz, soja, trigo, girasol, sorgo y otros, según información de Williams Entregas. Con ello, la caída interanual acumula 57%, equivalente a 17 millones de toneladas. “En los últimos 20 años, el registro de descarga acumulada entre enero y junio inclusive lo ostentaba el primer semestre de 2014, con 22,1 millones de toneladas, y el primer semestre de 2012 cuando se entregaron, estimativamente, 24 millones de toneladas de granos por camión”, detalló el trabajo.
Exportación y embarques
Por supuesto, teniendo en cuenta la merma en la comercialización y en la descarga de mercadería en los puertos rosarinos, por donde se exporta el 70% de los productos agroindustriales de nuestro país, la situación de los negocios de exportación y de los embarques despachados no es buena ni alentadora.
De esta manera, los negocios de ventas al exterior de bienes agroindustriales registran en el primer semestre del 2023 el segundo volumen más bajo de la década. Las ventas comprometidas con el exterior para el primer semestre, considerando los complejos soja, maíz, trigo, girasol, cebada y sorgo, totalizaron hasta el 29 de junio 17,9 millones de toneladas. “Este volumen representa el segundo semestre más bajo de negocios con el exterior de la década”, indicó la BCR.
Al comparar con el primer semestre del año 2022, con excepción del complejo girasol, todos los complejos presentan variaciones negativas, liderados por el maíz y el trigo, con mermas del 68% en el primero y del 95% en el segundo, mientras que en soja la caída es del 51% De este modo, incluso a pesar del incentivo del Dólar Agro, las DJVE de soja, cebada y sorgo tuvieron variaciones negativas cuando se las compara con el mismo período del año anterior.
Por obvias razones, el nivel de embarques también se derrumbó. Así, la carga de buques con destino al exterior de granos y subproductos alcanzó los 25,6 millones de toneladas, el peor primer semestre desde, al menos, el año 2000.
En junio de 2023, se estima que el embarque de granos y subproductos (harinas, aceites y maltas) ha sumado 5,17 millones de toneladas, el volumen más bajo para un mes de junio en 13 años. Con esto, en el primer semestre del año se han despachado desde puertos argentinos acumularía un total de 25,6 millones de toneladas de granos y subproductos nacionales, anotando el peor semestre desde el segundo del 2009, y el peor primer semestre desde al menos el año 2000.
(Fuente: Infobae)