En un año agrícola marcado por la sequía, el ingeniero Mario Devani, coordinador del Programa Granos de la EEAOC, le compartió a SUENA A CAMPO su análisis de la campaña 2023 en Tucumán y proyectó el panorama para 2024, centrando la atención en cultivos cruciales como soja, trigo, garbanzo y maíz. «La campaña agrícola anterior fue muy complicada, no solo por las precipitaciones que fueron por debajo de lo normal, sino también por las altas temperaturas que sufrimos todos, eso se dio en un periodo crítico del cultivo, lo que llevó a un rendimiento magro«, relató.
En cuanto a la soja, Devani explicó que los rendimientos oscilaron entre 1200 y 1400 kilos en promedio. Algunos lotes superaron la media, mientras que otros quedaron sin cosechar. En el maíz, el promedio fue de 3800 kg por hectárea, con varios lotes sin cosechar, convirtiéndose en una campaña desafiante. «Fue una campaña para el olvido si lo miramos puntualmente, pero hubo revancha en los cultivos de invierno», enfatizó.
Esa mejoría en la campaña de invierno, tiene un factor clave ante la mirada del coordinador. «Al ser tan mala la campaña de verano, los cultivos terminaron anticipadamente, permitiendo que trigo, garbanzo y cultivos de cobertura se sembraran en tiempo y forma«, expresó y continuando con ese análisis refiriéndose a que esa compensación también llegó con la ausencia de heladas en otoño y condiciones favorables de lluvia, resultando en buenos rendimientos en trigo y garbanzo. «El maíz promedió entre 1800 kg, con rindes que variaron significativamente. El garbanzo, por su parte, rindió en promedio 2000 kilos«.
Los pronósticos cambiantes generaron incertidumbre. «En algún momento decían que la niña se había ido, que el año iba a ser bueno, pero los últimos pronósticos hablan de un año normal o por debajo de lo normal», comenta Devani. A pesar de esto, destaca las buenas precipitaciones en noviembre. «De todas maneras la recomendación es tener cuidado con el agua como recurso, que sigan con prácticas para aprovechar el recurso. La lluvia llevó a que los productores empiecen a sembrar en noviembre, ahora debemos estar en promedio con un 90% de la soja de Tucumán y zona de influencia sembrada, lo que significa que muchos productores ya están comenzando con el maiz», agregó.
El ingeniero también subrayó la importancia de gestionar el agua como recurso clave y señaló que, gracias a las lluvias, muchos productores ya han sembrado un 90% de la soja en Tucumán y áreas circundantes. Devani también abordó desafíos adicionales, como la calidad de la semilla, que afectó especialmente a los materiales de ciclos más cortos, requiriendo un chequeo adicional en la estación experimental y cambios en los lotes semilleros.
En cuanto a plagas, Devani destaca problemas con tucuras y la reciente presencia de caracoles, especialmente perjudiciales para las sojas en crecimiento. Advierte sobre la importancia de controles efectivos y destaca que, en condiciones de altas temperaturas y baja humedad, los caracoles se resguardan bajo su caparazón, haciendo ineficaces las aplicaciones. «Hay lotes que se pierden por el ataque de esta plaga por lo que los controles deben ser importantes sobre todo cuando la temperatura es baja, por eso se recomienda hacer estos trabajos durante horas de la mañana o después de una lluvia, para tener ambientes más frescos y que la aplicación sea efectiva», finalizó.
(Fuente: Suena a Campo)