En el marco de los recientes cambios impulsados por el DNU de desregulación económica, el gerente del Instituto de Promoción del Azúcar y el alcohol de Tucumán, Jorge Echandi, se refirió a cómo estas medidas impactan en un pilar fundamental de la economía tucumana: la industria azucarera, además nos compartió su análisis y visión sobre el futuro de este sector estratégico. Argentina destaca en el escenario mundial por su capacidad única de autoabastecerse de azúcar, una característica que ha mantenido durante muchos años. Este hecho, sumado a la reciente equiparación del tipo de cambio, plantea oportunidades y desafíos para la industria azucarera, especialmente en el contexto de su incursión en el sector energético. «La industria azucarera ha desempeñado un papel crucial en el abastecimiento interno, eliminando la necesidad de importar azúcar y permitiendo al Estado ahorrar dólares. Este logro, junto con el optimismo generado por los precios positivos de este año, ha propiciado inversiones significativas en tecnología y maquinaria, sentando las bases para una zafra prometedora en el 2024«, remarcó Echandi.
Para el especialista, una de las claves fue la equiparación del tipo de cambio, aproximándose al valor del dólar blue. «Esto ha creado un mercado más competitivo para las exportaciones de azúcar argentina. Este cambio podría ser un incentivo valioso para el sector, especialmente considerando la demanda potencial en países como India, que enfrentan desafíos en su producción de azúcar», agregó.
Biocombustibles y Exportaciones
El enfoque hacia la matriz energética se revela como una estrategia clave para el futuro de la industria. «Los excedentes de azúcar se destinan a dos vertientes específicas: la producción de biocombustibles y las exportaciones. Este año, la exportación no alcanzó las expectativas debido a los altos precios internos y al tipo de cambio desfavorable. Sin embargo, con el nuevo ajuste del tipo de cambio, se anticipa un impulso en las exportaciones, especialmente a mercados como India y Tailandia, que presentan oportunidades estratégicas«, remarcó Echandi.
Además, según explicó el especialista, desde la mesa plural de diálogo que es el IPAAT, «se reúne a representantes cañeros, industriales y al Estado, busca la mejora continua del sector sucroalcoholero«. La coordinación entre estos actores es esencial para trabajar en armonía y garantizar que las medidas adoptadas no generen conflictos, sino que fortalezcan la colaboración y se puedan trazar objetivos. «A diferencia de este año, donde la regulación del precio del azúcar se ajustó según la demanda y oferta, se espera que el próximo ciclo mantenga una dinámica similar. El nuevo gobierno enfrentará el desafío de mantener la estabilidad del sector, especialmente ante la perspectiva de un mercado más competitivo y la incursión en la producción de biocombustibles».
El futuro de la industria sucroalcoholera se perfila hacia la matriz energética, tomando ejemplos exitosos como el de Brasil. «Con la producción de biocombustibles y cogeneración eléctrica, la actividad en Tucumán y el norte argentino busca regular tres mercados fundamentales: abastecimiento interno, cogeneración de energía y producción de biocombustibles«, advirtió Echandi, antes de concluir el diálogo con SUENA A CAMPO remarcando el desafío para el próximo año. «Buscaremos mantener el equilibrio entre estas tres columnas de la industria, con la expectativa de un mercado propicio para las exportaciones y la normalización de los precios de los biocombustibles. La generación de biocombustibles se presenta como una salida estratégica que no solo impulsa el sector sino que también contribuye al ahorro de millones de dólares en importaciones de combustibles fósiles para el Estado Nacional«, detalló. La industria azucarera argentina se encamina hacia un 2024 lleno de oportunidades en el sector energético y con la promesa de contribuir a un futuro más sostenible para el país.
(Fuente: Suena a Campo)