La estabilidad del sector azucarero en el Noroeste Argentino enfrenta amenazas significativas, según el Centro Azucarero Argentino (CAA). Dos iniciativas en el proyecto de ley ómnibus del Poder Ejecutivo podrían poner en peligro esta actividad productiva. En SUENA A CAMPO, buscamos profundizar sobre este tema junto al licenciado Eduardo Robinson. «Entiendo que hay preocupaciones en el sector sucroalcoholero debido al impacto potencial de la ley ómnibus, especialmente en relación con la afectación de la ley 25.715 y sus aranceles protectores para la industria azucarera en el norte argentino, en particular en la provincia de Tucumán. La revisión cuidadosa de esta legislación es crucial para mantener la producción de azúcar y salvaguardar los empleos e inversiones realizadas en este sector», advirtió el especialista.
¿Podría explicar cómo esta ley ha protegido a los productores argentinos en el mercado internacional del azúcar?
-«La ley busca sostener la actividad azucarera en la provincia mediante aranceles protectores. El mercado azucarero, altamente subsidiado a nivel internacional, tiene implicaciones sociales en Tucumán, donde este sector es crucial. Considero que es necesario revisar la ley para mejorar la competitividad del sector, que ha carecido de un programa estratégico y visión a futuro. Aunque se han hecho inversiones, derogar esta norma debería considerarse cuidadosamente en lugar de darlo por sentado».
Robinson también se refirió a las consecuencias directas que traería la modificación propuesta a la Ley de Biocombustibles. «Afecta a la producción en todo sentido, modificaría a lo que tiene que ver con la ley 27.640, que es una ley que está diseñada para apuntalar al sector de biocombustible, y que es una ley que tiene vigencia precisamente hasta el año 2030, este es un dato importante porque significa que el sector hizo inversiones y está mirando como objetivo al 2030, es decir, estamos hablando de por lo menos seis años de vigencia de la norma, con lo cual esto estaría también trayendo todo un problema de cambio en reglas de juego que no serían apropiadas para este momento, donde precisamente lo que hay que tratar de hacer es apuntalar a los distintos sectores productivos y sobre todo de las economías regionales«, explicó.
Para Robinson, estas medidas tendrían un impacto totalmente negativo en los 19 ingenios, 16 destilerías de alcohol y los 6.000 productores cañeros independientes. «No me parece que sea el momento propicio de avanzar con este tipo de normativa, afectando, no solamente reglas de juego, sino también inversiones que existen. Hay que tener en cuenta que este es un sector que genera casi 60.000 puestos directos de mano de obra, más todo lo que tiene puestos indirectos».
El proyecto propone la libre importación de bioetanol y permite a las petroleras producirlo. ¿Cuál sería el efecto esperado en la participación equilibrada y la competencia en el mercado?
– «No me parece algo beneficioso en el sector. Es un sector que está, en gran medida, bregando por mejorar su competitividad, con lo cual yo creo que hay algún tiempo para poder plantear todas estas cuestiones. Es un sector que hay que apuntalar y que hay que tratar de volver cada vez más competitivo. En la Argentina el sector de biocombustibles es un sector relativamente nuevo, moderno, que empieza a generar su valor agregado, y por lo tanto no me parece que sean medidas que en este momento habría que plantear. Yo creo que hay que estudiar mejor, en profundidad, algunas cuestiones para darle al sector realmente competitividad. Y, en todo caso, todo lo que tiene que ver con competencia, así como está referido en la norma que se ha planteado por el Poder Ejecutivo, me parece que es, en alguna medida, algún desconocimiento en lo que tiene que ver con el funcionamiento del sector, así es como le digo que hay que revisar este punto, y en todo caso ver cuáles van a ser los mejores instrumentos para dotarlo al sector de más competitividad, entre otras cosas, mejor nivel de financiamiento«, finalizó.
(Fuente: Suena a Campo)