En medio de una intensa ola de calor que abraza al país, la importancia del bienestar animal en el transporte se magnifica. En este contexto, el Dr. Leonardo Pérez Parry, veterinario de sanidad animal en SENASA, y parte del programa de Bienestar Animal, en diálogo con SUENA A CAMPO se refirió a las estrategias y precauciones específicas para garantizar condiciones óptimas durante el traslado de animales, manteniendo un equilibrio crucial entre la producción ganadera y el respeto por el bienestar de los animales.
– Dada la actual ola de calor en el país, ¿cómo ha afectado específicamente las preocupaciones y desafíos en el transporte de animales, según su experiencia como veterinario de sanidad animal en SENASA?
– El transporte es una de las etapas más críticas de la etapa de la producción animal, porque unas pocas horas comprometen meses y años de un buen manejo del bienestar animal, podemos haber trabajado muy bien en el cuidado y aquí lo comprometemos. En una ola de calor, todo se ve intensificado, el animal no puede acceder al agua, la sombra, ventilación adecuada. Hay países en donde los transportes tienen sistema de ventilación artificial y nosotros estamos lejos, entonces el animal está expuesto a sumar este tipo de estrés.
– ¿Cuáles son las precauciones y medidas específicas que propone para garantizar sombra y protección contra la radiación solar durante el transporte en condiciones climáticas extremas?
– Desde la propuesta de Senasa, siempre nos basamos en las normativas nacionales y en este caso hablamos de que el vehículo en cuestión siempre tiene que estar habilitado por el Senasa a través de una resolución nacional, que es la resolución 503 del año 2022, que cualquiera puede googlear e interiorizarse más. ¿Por qué esta normativa? Porque esto implica una adecuación de todas las características técnicas que tiene que tener una jaula transportadora, algo que tiene que ser vital al animal, en cuanto a piso, ventilación. Ahora, puntualmente, con lo que respecta a protección contra la radiación solar, se aconseja, esto no está normado, pero se aconseja la utilización de una lona, siempre que esta lona no tape los orificios de ventilación, que ella tiene que tener por ende el transporte, y que se utilice con el vehículo en movimiento, porque si lo dejamos al vehículo quieto a veces puede ser contraproducente, puede aumentar la temperatura dentro del habitáculo. Por eso está bien usar una lona para protegerlo, como decías, de los rayos solares, pero a criterio. Y también, siempre que el vehículo se detenga, si bien está aconsejado en esta época de ola de calor, detener al vehículo lo menos posible, pero si hay que detenerlo por alguna cuestión, alguna parada técnica, hacerlo siempre donde haya sombra.
– La capacitación del personal cobra relevancia en este contexto. ¿Cómo se refuerza la formación del personal que participa en el transporte de animales, especialmente durante una ola de calor?
– Desde Senasa brindamos una capacitación de Bienestar Animal en Transporte Terrestre que está destinada a todos los transportistas. Lo hacemos a través de nuestro sistema de aula virtual, una vez al año, así que si están atentos a las redes de Senasa se pueden interiorizar, es totalmente gratuita. Sin duda que esto es importantísimo en la cadena productiva. De todas formas, a veces más importante que la capacitación es el compromiso del personal, porque sabemos que el transportista es una persona con mucha experiencia, que hace años que viene haciendo el trabajo, y realmente no es que uno pretende enseñarle al camionero cómo llevar una carga de animales, pero sí lo que yo digo es importantísimo el compromiso que tiene con la tarea. Que el transportista termina asimilando que no está transportando cargas generales, sino que transporta animales y que más allá de que va a ser un producto final, un mal transporte puede derivar en un aumento de pérdidas económicas y también hay una cuestión de sensibilidad. Hoy por hoy sabemos que el personal que mejor trabaja con los animales no es el que tiene más fuerza, no es el que tiene más experiencia, sino el que tiene más sensibilidad para el trabajo.
– ¿Intervienen otros factores, por ejemplo, a la hora de cargar los animales?
– Sí, muchos. De los cuales el transportista es sólo uno, pero estamos hablando desde el arreo, que se aconseja que sea tranquilo, que respete el comportamiento del animal y el ritmo del animal, si se utilizan perros que sean entrenados, hacerlo siempre al ritmo del animal, sin gritos, sin golpes, eso durante todo el año. Pero, sin embargo, se ve más en esta época de calor que el animal se estresa en la carga cuando escuchamos al trabajador que por ahí está gritando, por ahí lo está golpeando. Si nosotros tenemos un mal manejo, esto hace que el animal llegue con determinado estrés, con una alta de azúcar en sangre, que todo esto lo predisponga mucho peor al transporte. Ni hablar de que el transporte justo tenga que agarrar una ruta que está en muy malas condiciones, que está con pozos, que justo engancha un corte general en la ruta, que por alguna cuestión se tiene que desviar y el camino termina siendo más largo, todas estas cosas, claro que influyen en el animal.
– El agua es primordial en todo este proceso…
– Sí, lógico, en lo que son los momentos previos a la carga y después a la descarga, siempre hay que suministrarles agua en cantidad y calidad adecuada, lo mismo que la sombra, es fundamental. Bueno, durante el transporte es difícil que accedan a esa agua, pero bueno, igual si son transportes muy largos hay que tener en cuenta esto para el camino.
(Fuente: SUENA A CAMPO)