La chicharrita del maíz (Dalbulus maidis), principal portadora del Corn Stunt Spiroplasma o Achaparramiento del maíz, ha surgido como un desafío emergente para los agricultores, generando inquietudes sobre la productividad y la calidad de los cultivos. En una entrevista exclusiva con SUENA A CAMPO, el ingeniero agrónomo Augusto Casmuz de la Sección de Zoología Agrícola de la Estación Experimental Obispo Colombres (EEAOC) comparte sus observaciones sobre esta nueva amenaza y las estrategias para enfrentarla.
Desarrollo Poblacional y presencia Inesperada
Segíun explicó Casmuz la chicharrita del maíz ha estado presente en la región durante mucho tiempo, pero estudios recientes revelan un incremento poblacional en varias zonas. «Esto se da especialmente en las últimas dos campañas. En la última temporada, el insecto incluso alcanzó áreas donde no se la registraba, extendiéndose hacia el sur del país y llegando hasta la zona de pampa húmeda, donde nunca antes se le había detectado«, remarcó.
El ingeniero destacó la presencia de zonas con presiones moderadas a altas de este vector durante la actual campaña, lo que agrega una capa adicional de preocupación para los agricultores de la región.
Dependencia del maíz y factores ambientales
Casmuz subrayó que la chicharrita del maíz es un insecto intrínsecamente vinculado al maíz para su desarrollo, alimentación y reproducción. «Según las evaluaciones realizadas, las poblaciones altas no fueron frenadas por condiciones ambientales adversas, especialmente un invierno tranquilo en cuanto a heladas». Esta situación permitió que una gran población del insecto esperara la siembra de maíz para su desarrollo.
El ingeniero destacó la importancia de comprender que el insecto no puede completar su ciclo de vida con ninguna otra planta que no sea el maíz. Así, las evaluaciones sugieren que poblaciones inesperadas se manifestaron en áreas no anticipadas debido a la falta de factores limitantes.
Desafíos en etapas tempranas y propagación de enfermedades
Casmuz señaló que hay zonas donde se siembra maíz durante la primavera para la producción de semilla, proporcionando un nicho propicio para el desarrollo temprano de la plaga. «Esto ha llevado a la adquisición de poblaciones altas y un alto porcentaje de individuos infectivos, especialmente en la zona sur de Tucumán y parte de Catamarca, causando daños intensos en los cultivos de maíz«, relató.
El ingeniero remarcó la importancia crítica de la chicharrita en las etapas tempranas del cultivo, desde la emergencia hasta la etapa B8. Advirtió que la afectación temprana puede repercutir significativamente en la productividad del maíz, transmitiendo enfermedades como el spiroplasma, que obstruye los sistemas vasculares de la planta y provoca problemas en el floema cuando hay una demanda importante.
Casmuz también se refirió al convenio de la EEAOC con los grupos CREA para evaluar la bioecología de la plaga y desarrollar estrategias de manejo. «Es complejo controlar esta plaga, se necesitan dosis mayores de insecticidas en comparación con las prácticas habituales en la región. La falta de insecticidas registrados específicamente para esta chicharrita en la región, y la limitación en el control con insecticidas de alto impacto debido a la movilidad del insecto, hace todo más complejo. Es importante abordar el problema a nivel regional para lograr resultados efectivos«, explicó.
En relación con los tratamientos de semilla con insecticidas, Casmuz mencionó que hay evaluaciones en curso y destacó la necesidad de establecer prácticas respaldadas por los semilleros para evitar problemas en la calidad de la semilla. «Además, desde la estación constantemente presentamos informes a través de redes y la página de la estación. Sería importante tomar esto desde un enfoque a largo plazo, ya que no se vislumbra una disminución significativa de la incidencia de la chicharrita en el futuro cercano. Es necesario centrarse en estrategias sostenibles para abordar esta creciente amenaza agrícola», finalizó.
(Fuente: Suena a Campo)