Maíz: el spiroplasma enciende las alarmas en la región central

La plaga muestra un crecimiento poblacional y una cobertura no antes vista.

Las labores de cosecha de maíz alcanzan un 3% de avance a nivel nacional, cuando para esta fecha suele estar cerca de un 10%. Así lo precisa un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).

El desplazamiento que hubo de las fechas de siembra debido a la falta de agua -que recién se revirtió a finales de octubre- se siente en una cosecha que va muy lenta, y aun más con las recientes lluvias. En los rindes de región núcleo también preocupa que la cosecha empezó con valores que rondan en los 100 quintales por hectárea (qq/ha), muy por debajo de los 110 a 120 qq/ha que se esperaban de los maíces tempranos. El “adelgazamiento”, la pérdida de peso en el llenando de granos a raíz de la ola de calor, afectó en buen grado a los primeros lotes que se están levantando.

Pero lo que está encendiendo todas las alarmas de la región central -en particular en las provincias de Córdoba y Santa Fe- es el alcance y el daño que se está observando por spiroplasma en maíces tardíos, una enfermedad asociada a un vector, la chicharrita. Si bien esta enfermedad es típica del norte del país, este año, por condiciones de clima (falta de agua y calor), por la forma escalonada en la que se sembró y por el aumento en hectareaje del maíz tardío, la plaga muestra un crecimiento poblacional y una cobertura no antes vista.

Cuando parecía que las tandas de maíces tardíos -los sembrados del 10 al 15 de diciembre en adelante- estaban mejorando su performance productiva en Córdoba y en Santa Fe, se multiplicaron en las últimas semanas los comentarios de técnicos alertando por el fuerte impacto y el daño observado por este problema.

En el centro de Santa Fe -en López y en Gálvez-, no se cosecharán algunos lotes por spiroplasma. Técnicos dicen que unas semanas atrás, esperaban un daño de un 5% a un 10%. Pero al avanzar la etapa reproductiva, estiman ahora pérdidas del 70% al 80%. “Nos tomó a todos por sorpresa. No hubo forma de pararlo”, dijeron. El daño es distinto según zonas, fechas de siembra y variedades. “Hay lotes muy afectados que cuanto mucho podrán dar 15 qq/ha. Bajó del norte, llegó hasta a Río Cuarto, San Martín de las Escobas, Cañada de Gómez y hasta San Nicolás”, añadieron.

En Santiago del Estero, si bien suelen ser afectados por spiroplasma -y sufren daños de un 5% a un 10%-, ya tienen establecidos protocolos de control. Pero este año cuentan que el ataque muestra un nivel de daño mucho mayor. Allí, ya hay lotes dados por perdidos, y otros con daños de un 30% y hasta de un 50%. “La enfermedad no para, y puede ser peor. No sabemos qué cosecharemos”, cuentan. En Chaco, la situación es bastante similar. Los técnicos advierten: “El daño puede manifestarse hasta 120 días después del ataque. El virus y las bacterias que transmite el vector pueden cortarle el llenado a la planta. Por eso es una enfermedad que genera tanta incertidumbre. No sabes cómo vas a encontrar el cultivo mañana”.

Lamentablemente, la gravedad de la situación parece indicar que se está ante un nuevo recorte de la producción maicera argentina. Mientras tanto, se siguen manteniendo los guarismos de febrero: un rinde de 76,9 qq/ha a nivel nacional y una estimación de 57 millones de toneladas para la producción de maíz 2023/24.

(Fuente: La Gaceta)

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