El deterioro de frutas y verduras es una problemática mundial que afecta la calidad de los alimentos, la economía y el medio ambiente. Sin embargo, gracias a investigaciones lideradas por científicos como el Dr. Leandro Sánchez, Biotecnólogo e Investigador de Conicet, se están desarrollando soluciones innovadoras para prolongar la vida útil de estos productos sin recurrir a residuos químicos. En diálogo con SUENA A CAMPO, el Dr. Sánchez nos contó sobre los avances y descubrimientos más recientes en este campo y su potencial impacto en la industria alimentaria.
– ¿En qué consisten estas soluciones desarrolladas sin estudios químicos?
– Hay un número que es shockeante, que señala que la mitad de frutas y verduras que se producen se tiran, esto significa que hay un trabajo que hacen los productores que se está descartando. Nosotros empezamos a estudiar este proceso desde Proimi (Planta Piloto de Procesos Industriales Microbiológicos) hace varios años estudiamos el tema, nuestra solución ahora es a base de biopolímeros, que produce el organismo, usamos una combinación especial para cada fruta, vendría a ser una formulación líquida, tipo gelatina transparente, que es usada en los empaques de frutas para disminuir el uso de agentes químicos que se utilizan hoy por hoy.
– ¿Cómo fue tomado por los diferentes mercados?
– Ahora los principales mercados, Estados Unidos o Europa son cada vez más restrictivos al uso de químicos, cada vez exigen menos dosis de moléculas químicas. Esto pone en jaque a muchas industrias que cada vez tienen menos herramientas para evitar que la fruta se infecte y que pueda llegar bien al consumidor. Nosotros usamos estos biopolímeros que es natural, fabricado a partir de azúcares y esto se aplica en las lineas de empaque, como reemplazo de las ceras químicas, que muchas veces provienen de derivados del petróleo, que son perjudiciales. Estas soluciones son 100% biológicas, se aplica en la fruta y cuando esta se moja se forma un film sensible, que sella las heridas que tienen las frutas para evitar el ingreso de patógenos y además protege de la pérdida de humedad, luz y demás.
– ¿Cuánto se prolonga esta protección?
Depende mucho de la fruta, en Tucumán en el limón buscamos que no se contamine de hongos y que no se deshidrate, para prevenir la infección, nosotros hacemos ensayos que nos arroja que tiene una protección de 40 días, que es lo que se estima se trasladará el fruto.
– ¿Se aplica solo con la fruta que se exporta?
– Es la principal idea, porque es la fruta que más necesita esa protección por el traslado que tiene. Hay industrias que mandan cargamentos que viajan 40 días, en base a eso es que se hace el pago, dependiendo como llegue. Nosotros queremos dar un seguro que la fruta llegará bien.
– ¿Cómo les fue con las pruebas pilotos y ensayos a gran escala?
– Lo hacemos a través de una startup que se creó hace dos años que usa tecnología del Conicet, hablando del limón, ya estamos aplicando a los empaques directamente por tercer año consecutivo. Nuestra solución sirve mucho para proteger la fruta, nos recibieron muy bien en la industria. Hubo aceptación. El producto gusta mucho, nos apoyamos en ensayos en conjunto con la Estación Experimental, que colaboran con la aplicación y van validando el producto.
– ¿Se está aplicando este producto al arándano y otros cultivos?
– Tenemos muy desarrollado el producto en limón, ya prácticamente a punto de recibir la aprobación del Senasa para que pueda ser utilizado libremente por todas las industrias que lo requieran y comenzamos con peras y manzanas en la zona de Río Negro donde también hay un gran problema por las condiciones de cosecha, actualmente se usan varios químicos que hacen que la fruta llegue dura a la mesa del consumidor. Entonces buscamos esas soluciones biológicas que estamos probando, en paltas hicimos pruebas en Tucumán también. La palta es un cultivo con gran valor, pero tiene problemas porque está verde y en tres días se pone negra. Este producto es regular la transferencia de etileno, que para la planta es como una hormona, entonces la planta dura más tiempo sin madurar. Aquí en el mercado interno se hace madurar rápido para el consumo, pero cuando se manda a China o Europa, la palta debe llegar bien. En arándonos hay prevención en la desecación y en la cobertura contra un hongo.
(Fuente: Suena a Campo)