En el mes de julio, desde Misiones, nos visitará Juan Carlos Furlan, creador de Semillas Soberanas y promotor de la permacultura. Durante su presencia se llevarán a cabo talleres con el objetivo de generar conciencia, entusiasmo y organización en torno a la necesidad de producir nuestros propios alimentos saludables.
Estas actividades buscan entender la agroecología como el camino hacia la permacultura, en el contexto del cambio climático y la crisis energética. En diálogo con SUENA A CAMPO, Juan Carlos se refirió a la gran oportunidad para aprender y comenzar a sembrar conciencia sobre la importancia de volver a lo natural para ganar en salud, calidad de vida y armonía con la naturaleza.
– ¿Qué es la permacultura, como está relacionada con la agroecología?
– Hay escasa bibliografía al respecto, nosotros venimos construyendo experiencia e hipótesis al respecto a partir de investigaciones que están realizando en España que advierten como el cambio climático y la crisis energética nos afecta como sociedad de consumo. La agroecología refiere a prácticas que están en sintonía con un ejercicio más amigable con el medioambiente en término de la producción de alimento. Es importante entender que aún ejerciendo prácticas de este tipo es imposible que la agroecología pueda sostener la demanda que hay. Nos planteamos un modelo que tiene que ver con el decrecimiento, prácticas y patrones de consumos que sean sustentables; la permacultura es un conjunto de sociedades que tiene una relación con la naturaleza que logrará que nuestros hijos y nietos sean capaces de disfrutar como nosotros.
– ¿A qué hacemos referencia cuando hablamos de semillas soberanas?
– Nació hace tres años aproximadamente y se convirtió en el intercambio de semillas más grande del continente, es una propuesta que tiene que ver con que “la vida no se vende” que es la consigna de la organización y que pone la semilla y el cuidado a disponibilidad gratuita de todo el mundo, basta con formar parte del grupo de WhatsApp que brinda la información de charlas, huertas comunitarias; algo que nació en el sur de Misiones.
– ¿En un futuro cercano podremos implementar estas buenas prácticas agrícolas que ustedes inspiran? Es decir producir de una manera más natural…
– No es una cuestión de fe o expectativa, tiene que ver con la trayectoria natural que estamos teniendo como especie, esa es la esencia de la crisis energética, erosión de los suelos, cambios climáticos, tenemos que buscar formas sustentables de producción ya que este sistema está colapsado. Lo que está en vilo es la velocidad en que ocurrirán esos cambios, estaríamos poniendo en jaque la seguridad alimentaria de la población, cuanto más rápido hagamos esa transición mucho menos padecimiento para el pueblo argentino, Latinoamérica y el mundo. Urge transicionar hacia la sustentabilidad.
– Ustedes tratan de continuar con la difusión y concientización… ¿por qué?
– Es que entendemos que los amigos tucumanos están atravesados por la misma problemática aquí en Misiones, por ejemplo el encarecimiento de los insumos químicos que tiene mucho que con que son petrodependientes, esa es una escases que vino para quedarse. Todo lo que sea fertilizantes orgánicos y recuperar las prácticas que supieron tener nuestros abuelos es importante; volver a la naturaleza es volver a ser humanos.
– ¿Cuáles son los beneficios de este tipo de sistema de producción en contraposición con la agricultura convencional?
– Se puede adaptar a grandes escalas sin problemas, ya se está haciendo eso. Hace poco estuve con un técnico del INTA en Entre Rios, ahí se está produciendo trigo de manera agroecológica; y nosotros estamos ensayando trigo a escala de manera agroecológica; hay beneficios para el productor que tiene que ver con un aumento extraordinario en la tasa de ganancia por el ahorro de un paquete tecnológico químico brutal, que cada productor ahora paga. Hay una rentabilidad importante y lo bueno es que es sin la merma de la productividad, es mentira eso que dicen que si dejas de usar químicos vas a cosechar menos. En el consumidor la ventaja es que va a poder disfrutar de productos libres de transgénicos, de veneno y en mercados de cercanía, es una revolución en materia de producción y distribución de alimentos.
(Fuente: Suena a Campo)