En una reciente modificación normativa, el Ministerio de Agricultura eliminó un requisito considerado esencial para la faena de ganado bovino, con el objetivo de flexibilizar el sistema y aliviar la carga administrativa de los productores. El cambio se enmarca dentro de un paquete de medidas diseñadas para facilitar la adaptación del sector ante nuevas exigencias sanitarias y ambientales.
Una exigencia que desaparece
El requisito suprimido consistía en la obligación de contar con un plan sanitario integral elaborado y firmado por un veterinario de explotación para poder realizar la faena. Dicho plan incluía controles periódicos, registro de medicamentos y un seguimiento sanitario riguroso. Al eliminar esta exigencia, el Gobierno busca reducir costos y agilizar los procesos sin eliminar las visitas sanitarias esenciales, que quedan vigentes como mecanismos de control obligatorio.
Justificaciones de las autoridades y reacciones del sector
El Ministerio justificó la medida como una respuesta a las demandas de las asociaciones de productores, que alegaban que el requisito generaba demoras y costos para la faena, sin aportar beneficios sanitarios tangibles. Argumentan que el sistema de controles oficiales y las visitas de los veterinarios del SENASA aseguran la trazabilidad y salud del ganado, incluso sin el plan integral firmado.
Impacto y desafíos por delante
Aunque la medida fue celebrada por pequeños y medianos criadores, que podrán faenar con más agilidad, genera inquietud en algunos sectores por el riesgo de perder documentación organizada sobre el estado sanitario del ganado. El desafío para las autoridades será balancear esa reducción de carga burocrática con la garantía de sanidad animal y control público, manteniendo la confianza del consumidor tanto a nivel interno como potencialmente en mercados de exportación.