Se trata de cortes sometidos a cantidades controladas de radiación que permitiría conservarlos hasta por un año.
Con los cambios de ley, podrían llegar en breve al mercado carnes de larga duración, que podrán ser consumidas en el lapso de un año. Es que el Código Alimentario Argentino será modificado e incluirá ocho nuevas categorías de alimentos que podrán ser irradiados con dosis precisas de radiación gamma, en plantas especiales, con la finalidad de destruir bacterias y hongos patógenos y extender sus tiempos de conservación saludable.
La irradiación de alimentos, a veces llamada pasteurización fría, ionización de alimentos o alimentos irradiados, es un tratamiento que puede darse a ciertos alimentos mediante radiaciones ionizantes, generalmente electrones de alta energía u ondas electromagnéticas producida por elementos radiactivos (radiación X o gamma). El proceso involucra exponer los alimentos a cantidades controladas de esa radiación radiactiva para lograr ciertos objetivos.
Suele utilizarse el proceso para prevenir la reproducción de los microorganismos como las bacterias u hongos que causan el deterioro de los alimentos, cambiando su estructura molecular y evitando su proliferación o algunas enfermedades producidas por bacterias patógenas. También puede reducir la velocidad de maduración o el rebrote de ciertas frutas y verduras modificando o alterando los procesos fisiológicos de sus tejidos sin grandes alteraciones en sus propiedades nutricionales
«Cuando se publique la nueva reglamentación en el Boletín Oficial, algo que es inminente, se podrá ofrecer en el mercado local una muy amplia gama de alimentos irradiados», aseguró al diario Perfil Marcia Palamara, coordinadora general de la Dirección Nacional de Agroalimentos.
Según esta experta, el nuevo código permitirá que carnes rojas y blancas, pescados y mariscos, y frutas y vegetales frescos, entre otros, sean sometidos a un «baño» de energía ionizante que tiene dos funciones: reducir la carga microbiana de patógenos y extender el tiempo de durabilidad y comercialización de los alimentos, pero sin afectar su gusto, aspecto o textura ni sus propiedades nutricionales. Hasta ahora, nuestro país autorizaba la irradiación «por producto» y sólo estaban aprobados la papa, la cebolla, el ajo, la frutilla, el champiñón, el espárrago y las especias.
«La irradiación sirve para esterilizar materiales biomédicos, como implantes, suturas y jeringas, y también se la estudia desde la década del 50 para prevenir la contaminación de alimentos por bacterias, parásitos u hongos y para retrasar los procesos de maduración de frutas y verduras. Esto ayuda a disminuir las pérdidas y el costo logístico», dijo al mismo medio Celina Horac, gerenta de Aplicaciones y Tecnología en la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA).
¿Puede ser riesgoso?
«Se irradia la comida para hacerla más segura y sirve para prevenir intoxicaciones alimentarias. Además, ayuda a preservar su vida útil durante más tiempo: yo la comería sin ningún problema», aseguró el nutricionista Alberto Cormillot. Y agregó que «un alimento fresco irradiado prácticamente no pierde nutrientes. Hay estudios que muestran una disminución del 10% al 15% de vitaminas A y E en alguna verdura, pero también se pierden en todo proceso de cocción de las comidas».
El proceso está aprobado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
FUENTE: Edición Rural