Ante la preocupante situación de sequía que atraviesa nuestro país, y preocupa al sector productivo agropecuario, Suena a Campo consultó a Juan Leónidas Minetti, Doctor en ciencias meteorológicas y director del Laboratorio Climatológico Sudamericano para saber qué nos deparan los pronósticos meteorológicos para los meses venideros.
Según el especialista, las tan ansiadas lluvias se van a presentar sobre el final de octubre, más específicamente entre el 26 y el 29. A partir de esa fecha, se registrarán algunas precipitaciones de importancia, sin embargo, no serán suficiente para cubrir el déficit hídrico que se ha almacenado durante el invierno y parte de la primavera.
Comentó, además, que la sequía genera una serie de mecanismos. Se han observado años en los cuales, los índices de sequía anuales han crecido, principalmente en la Amazonía, es decir, en el corazón de Sudamérica. Se trata de una megasequía que se ha extendido hacia Bolivia, Paraguay y norte de Argentina, y en los últimos 4 meses ha llegado a afectar a la Pampa Húmeda.
La Niña
Según las opiniones del equipo del Laboratorio Climatológico Sudamericano, restan uno meses para definir el fenómeno de la Niña lo cual tiene gran importancia porque representa uno de los predictores de los que pueda llegar a suceder.
En otras épocas, dicho fenómeno provocó sequías importantes sobre la Pampa Húmeda y sur de Brasil. En los años 2008 y 2009, a causa de la falta de precipitaciones, se han registrado pérdidas productivas del orden del 30% de la producción granaria. “En aquel entonces, el impacto no era tan importante en términos económicos porque la soja en el mercado internacional alcanzó valores que rondaban los 600 dólares la tonelada, nunca más volvimos a alcanzar ese valor” añadió Minetti.
Entre los impactos que La Niña genera, el Doctor destacó una disminución sostenida en la capacidad de almacenamiento de agua tanto en el suelo como en las cuencas en general, lo que significa una sequía hidrológica importante.
En relación a los cultivos agrícolas, señaló que las condiciones de sequía extendidas como modelo que se ha presentado en este año y que podría extenderse hasta la segunda quincena de febrero, podría afectar a gran parte de los sistemas productivos tucumanos.
Por un lado, podría afectar el rendimiento cultural de la caña de azúcar, la cual necesita agua en la primavera para tener un inicio importante de crecimiento. En el caso de la citricultura, una disminución del tamaño de la fruta y fruta con mayor porcentaje de cáscara lo que se traduce en pérdida de los aceites esenciales desde el punto de vista industrial. También podría afectar en gran medida la calidad de los cultivos hortícolas que son numerosos en la provincia.
A todo lo mencionado por el entrevistado, se suma una restricción de aprovisionamiento de agua para riego impuesta por el gobierno debido a que en este momento no hay recursos hídricos importantes almacenados, y es dichos casos, la política a seguir es cortar el aporte de agua a las actividades industriales y agrícolas.
Según el especialista, durante el 2020, el impacto más grande generado por la sequía se ha hecho sentir en la producción de trigo habiéndose perdido gran parte de la producción en el norte del país.
En el 2021, los efectos de la seca se harán sentir en gran medida en la soja que se va a sembrar sobre finales de la primavera comenzando la campaña con un importante déficit hídrico en el mes de diciembre y buena parte de mes de enero.
“La disponibilidad hídrica de diciembre es necesaria para amortiguar cualquier efecto que pudiera haber por falta de agua en el verano. Este año particularmente iniciamos con un déficit hídrico importante en la primavera, por lo que vamos a tener una disminución en la producción en kilogramos de soja por hectárea. Si nos vamos a febrero, habrá pérdidas importantes en el momento de la floración o del llenado de las vainas de soja, es decir, que el impacto va a ser importante en todo el país” explicó.
Incendios Forestales
El Doctor opinó que estas situaciones impactan a nivel social ya que la agricultura es la principal actividad económica de nuestro país. “No olvidemos que gran parte de los impuestos que el estado cobra para el funcionamiento del sistema viene de las actividades agropecuarias, y en este momento es la única posibilidad que tiene de restablecerse por lo que el impacto va a alcanzar al sector político” concluyó.