Recomendaciones básicas a tener en cuenta en la etapa de gestación y parto de la yegua. Cuidados alimentarios y sanitarios. El momento del parto y los controles al potrillo.
La llegada de la primavera, con la presencia de mayores horas de luz solar hace, que la fisiología reproductiva de la yegua comience a funcionar. Durante esta estación, se activan su sistema nervioso y sus ovarios (a diferencia de otras especies, inactivos hasta ese momento).
Es cuando se sintetizan las hormonas que se caracterizan por accionar el mecanismo sexual y se desencadena el celo o estro, período durante el cual la hembra acepta al macho y permite que el padrillo pueda realizar el servicio.
Fecundación
El fenómeno deseado del encuentro del óvulo con el espermatozoide, se llama fecundación y ocurre en las Trompas de Falopio. Si ello sucede, comenzará el descenso del huevo fertilizado por el aparato genital femenino para ingresar a un útero, previamente preparado por las hormonas, para fijar, nutrir y desarrollar a ese embrión.
Gestación
La gestación está caracterizada por tener una duración variable entre 305 y 365 días, aunque suele presentar un curso promedio entre 325 a 345 días, por lo tanto, el parto también comenzará naturalmente durante la estación primaveral del próximo año.
La gestación y el parto, son dos instancias que requieren un equilibrio entre sus participantes: la madre, el potrillo y el ambiente que lo rodea.
Para que se desarrolle la gestación normal del potrillo, es necesaria la existencia de una integridad entre el feto, la placenta y la presencia de un útero funcional. Durante ese lapso, la madre irá segregando sus hormonas para permitir el crecimiento del feto dentro de ese claustro materno.
Además, formará anticuerpos para transferirlos al potrillo cuando nazca y tome el calostro e irá preparando todas las estructuras de su organismo para tener un parto normal y sus glándulas mamarias se acondicionarán para poder alimentar al potrillo una vez nacido.
Buen estado nutricional y sanitario
La preparación de la madre es crucial. Debe llegar al servicio con un buen estado nutricional y sanitario. Durante la gestación y desde un punto de vista nutricional, necesita una dieta dotada de todos los elementos indispensables que aseguren el normal crecimiento fetal.
Debe prestarse atención a la alimentación en el último tercio de la gestación porque es donde se produce el mayor desarrollo del potrillo. Si la madre no está bien nutrida, empieza a perder peso y eso no es aconsejable para el exigente período de lactación que viene luego del parto.
Además, la sanidad debe acompañar desde el inicio de la gestación con las vacunas para prevenir infecciones y abortos, conjuntamente con los tratamientos antiparasitarios. En las semanas previas al parto, se aplicarán las vacunas que dan protección a las enfermedades que afectan las primeras etapas de la vida del potrillo.
Signos en la yegua próxima a parir
Esos signos permiten orientarnos hacia una posible inminencia del parto. Son variables e inconstantes e, inclusive, algunas hembras pueden no tener ninguna manifestación externa de parto inminente.
Esas señales son:
- Relajación de los ligamentos sacrociáticos. En yeguas con importante masa muscular no se percibe con claridad.
- Las glándulas mamarias aumentan su tamaño en las tres últimas semanas de gestación.
- Se produce un incremento en las dimensiones de la vulva.
- Entre las 24 a 72 horas previas al parto, suele observarse la presencia de una secreción serosa en los pezones, conocida con el nombre de “velitas”, formada por calostro seco.
El momento del parto
El parto se caracteriza por desarrollarse en una posición de decúbito o acostada y por tener un período de expulsión rápido. Se realiza generalmente por la noche y en todo momento requiere un período de tranquilidad para efectuarlo; no debe ser asustada en ningún momento.
La última acción que caracteriza al parto es la expulsión de la placenta, la cual se encuentra colgando de la vulva; comúnmente suele anudarse para evitar que la yegua la pise mientras se mueve. Debe controlarse que sea totalmente eliminada.
El tiempo normal estimado para la expulsión de la placenta, fluctúa entre media a tres horas, una vez finalizado el parto. No debe tirarse de la misma para favorecer su separación porque existe la posibilidad de que se desintegre, queden restos dentro del útero y sea el origen de una infección del claustro materno.
Controles a realizar en el potrillo
Después del parto es importante controlar al potrillo y constatar que se cumplan las siguientes condiciones:
- Debe respirar normalmente.
- Debe incorporarse en el tiempo normal.
- Debe tomar el calostro en el momento adecuado para facilitar su absorción y permitir la llegada de los anticuerpos maternos.
- Debe eliminar la primera materia fecal, para evitar los trastornos que ocasiona su retención.
Fuente: El abc rural