En este contexto de pandemia y donde se le está prestando mayor atención a las enfermedades provocadas por virus y bacterias, es que el Senasa elaboró una nueva guía para la faena animal dirigida al sector de la agricultura familiar.
Mariana Barros, es médica veterinaria, integrante del equipo de trabajo de la coordinación De agricultura familiar del Senasa. Ella, explicó para Suena a Campo que la guía que elaboró el Senasa se trata sobre los diferentes trámites que deben realizar los productores de la agricultura familiar que se dediquen a la cría de animales para la obtención de carne.
«En este sentido, lo primero que tienen que conocer es que la faena deben realizarla en los establecimientos habilitados para tal fin«, indicó. En referencia a este tema recordó a la productores que existen establecimientos para el tránsito local de los productos de la faena, otros lugares habilitados para el tránsito provincial, y los habilitados para el tránsito federal.
«En el link podrán encontrar todos los trámites a saber para los productores que se dedican a la obtención de carne», afirmó Barros.
Consultada por los requisitos que deben tener en cuenta los pequeños productores, Barros dijo que para poder desarrollar la actividad de cría o engorde de animales, las personas a cargo deben estar registradas en el Renspa. A su vez, según la producción específica de que se trate, «tienen que cumplir diferentes normativas vinculadas al aspecto sanitario», señaló la médica y dio el ejemplo de la resolución 67 del año 2019 que establece que se debe conocer el estatus sanitario de los animales para la brucelosis bovina.
Continuando con los pasos para llegar al frigorífico, Barros destacó la importancia y la obligatoriedad de contar con el DTe, «que se puede tramitar en la oficinas locales de Senasa, y determina las condiciones sanitarias en las que se trasladan los animales. A veces los productores se suelen confundir con la guía de traslado, que se realiza en diferentes delegaciones provinciales y es distinto al DTe. En el caso de trasladar los animales para faena debe ir acompañado de estas dos guías», indicó.
Por otro lado, existe también el RUCA, un trámite que corresponde al ministerio de agroindustria y tiene el objetivo de medir los volúmenes de los productos que se comercializan, en este caso la carne. «Tienen que registrarse los establecimientos, y también las personas que operan en la faena y en la comercialización de la carne. Para los pequeños productores matarifes existe una matrícula válida para las localidades que tienen menos de 10.000 habitantes. Aquí, tienen la posibilidad de faenar en establecimientos su propia producción. La posibilidad de faena es de hasta 50 cabezas en el caso de ovinos caprinos y porcinos. Y hasta 15 cabezas bovinas por mes».
Teniendo en cuenta que la faena clandestina todavía es un gran flagelo que se da sobre todo en provincias como Tucumán, donde existe gran cantidad de pequeños productores, la doctora comentó que desde el Senasa se llevan a cabo diferentes acciones para combatir este problema.
«Sabemos que existen dificultades en numerosos lugares y sobre todo a escala familiar. Esto es porque muchos pequeños productores son presas de tener que vender sus productos a un menor valor para no faenar en negro. No cuentan con su propio establecimiento para es sacrificio, o no les toman los animales por la poca cantidad, o la distancia a los establecimientos es demasiada. Esto hace que los pequeños productores terminan realizando esta práctica en sus domicilios o en establecimientos que no están habilitados«, aseguró Barros.
Aquí la estrategia que se lleva a cabo desde el Senasa para los pequeños productores es primero la capacitación y brindar información. «Por ejemplo, esta guía representa una herramienta para aquellos que necesiten saber más sobre estos aspectos relacionados a la cría de animales y a la faena. Por otro lado, el trabajo con otras instituciones como INTA y la secretaría de agricultura familiar, para generar diferentes proyectos que tienen que ver con la instalación de establecimientos apropiados para estos fines; como así también, formar cooperativas y asociaciones de productores. O facilitar la llegada al frigorífico en conjunto, con las producciones de varios productores», finalizó.