“El etanol es un pilar en el actual debate sobre cuidar el ambiente”

El experto Andrew Duff defendió la producción de biocombustibles. Un llamado a los gobiernos.

El análisis de los mercados del azúcar y del alcohol, y las diferentes transacciones internacionales que se dan a partir de estos, nos permite visualizar qué pasa en el mundo y definir que estamos en una transición energética con la producción de bioetanol”, señaló Andrew Duff durante la disertación que brindó en el marco del ciclo de conferencias que organizaron las autoridades del Instituto de Promoción de Azúcar y Alcohol de Tucumán (Ipaat), para celebrar los 10 años de la entidad. “Hoy el mundo se debate en que debemos cuidar el ambiente; y por suerte el etanol es uno de los pilares de ese debate”, añadió Duff, gerente de investigación de Rabobank Brasil y especialista global del sector sucroalcoholero de tal institución.

Añadió que el uso de etanol en el mundo tiene cada vez mayor importancia, ya que tanto los países productores como también los consumidores ven este producto como pilar en la descarbonización del planeta. “Si tomamos un paralelismo entre el consumo mundial de naftas versus el etanol vemos que el alcohol solo ocupa entre un 4,5% y un 5 %. Por ende, debe trabajarse mucho para que aumente el uso de etanol, porque las emisiones de carbono siguen en aumento”, puntualizó.

Precisó que del total emitido al ambiente se calcula que entre un 20% y un 25% provienen del transporte en todo el mundo; y que el 75% de esto se lo lleva el transporte terrestre, casi un 25% el aéreo y el resto, muy ínfimo, el naval. “La electrificación de los medios de transporte aumenta mucho en relación a otras. En el caso del etanol, se va incorporando de a poco, ya que atraviesa por un sinfín de regulaciones al uso y a la producción del biocombustible”, dijo.

La historia dice que en Brasil, la aparición del autoflex, en 2003, resultó trascendental, y permitió el despegue de la industria sucroalcoholera brasileña. “Desde mi punto de vista, lograr una mayor imposición del etanol como alternativa al uso de combustibles fósiles pasa por imponer una mezcla obligatoria con las naftas, como herramienta principal para lograr su mayor uso. Después, lograr que se desarrolle una producción mayor de autoflex para tener al etanol como sustituto total. Y en tercera medida, el SAF, en la cual el etanol es usado como aditivo al querosene en los combustibles de aviación, al que debe sumarse el uso de biometano proveniente de la gasificación de la biomelaza y de la biocachaza”, consideró Duff.

Decisiones políticas

Destacó que se sabe que el negocio del bioetanol va de la mano de las decisiones políticas de los gobiernos, por lo que resulta indispensable que se busquen impuestos diferenciales a la producción que ayuden a los inversionistas. “Además, preocupa mucho que el Gobierno intervenga en el precio del biocombustible; esto desinsentiva la producción de bioetanol. Hay que tenerlo en cuenta”, dijo.

Precisó que en la producción de la caña de azúcar se ven problemas que se deben tener en cuenta, ya que la dicotomía alimentos/producción de alcohol es más fuerte. Y a esto se suma que en muchos países el problema de la inflación afecta también a la producción de biocombustibles.

Puntualizó que la foto actual es que muchos Gobiernos todavía no saben cuál es la producción más limpia. “El crecimiento exponencial que se da en el uso de autos eléctricos permitió que el uso de naftas baje de manera importante. Y muchos de esos países ven que la única manera de tener emisión cero es con el uso de esta tecnología. Creo que bajar la emisión va siempre de la mano de muchas alternativas como los autos eléctricos, el bioetanol y el biometano. Pero sabemos que el auto eléctrico no es el más limpio energéticamente hablando; y eso hay que tenerlo en cuenta”, advirtió Duff.

Destacó que cada país tiene diferentes caminos y alternativas para bajar las emisiones, y que se deben hacer rápidamente por el bien del planeta. “En el caso de Brasil y la India, apostaron muchísimo y lo siguen haciendo con el uso del bioetanol. Y los países europeos con el uso del auto eléctrico”, dijo.

Como positivo, destacó que en la producción de biocombustibles se busca una producción sustentable con el ambiente. “En Brasil, se extienden certificados CBio en los casos donde se produzca caña de azúcar en suelos que no provienen de la desforestación”, contó. En ese sentido, señaó que la guerra en Ucrania hizo que el precio de los combustibles suba, lo que se transfirió al precio de los CBio.

“Lo cierto es que debemos apuntar siempre a que la producción de biocombustible sea siempre sustentable y producir energías renovables de muchísimas materias primas que se logran en diversas producciones como madera, residuos forestales y de podas, residuos de cosecha, basura, residuos industriales y por supuesto la energía hidráulica, la solar y la eólica”, manifestó.

Y remarcó que en algún momento todo el mundo deberá implementar procesos para lograr bajar de manera importante la huella de carbono y para conseguir que el producto logrado sea lo más ambientalmente limpio posible.

(Fuente: La Gaceta)

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