La Nación y las provincias productoras de maíz avanzan en la toma de medidas con el fin de combatir el “achaparramiento” en los cultivos del grano. En ese sentido, la Comisión Federal Fitosanitaria ha definido ayer que el monitoreo de las zonas afectadas por la “chicharrita” sea más localizado, con el fin de hacer un seguimiento más cercano de la plaga. Para eso, aguardan un informe del Servicio Meteorológico Nacional e imágenes satelitales. Asimismo, se pidió que haya un vocero que comunique a los productores las decisiones que se tomen. Esto sucedió en el marco de las deliberaciones, vía online, de los integrantes del comité, en el que Tucumán ejerce la vicepresidencia representada por el director de Agricultura Gustavo Páez Márquez.
Durante el encuentro virtual, el presidente del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), Pablo Luis Cortese, recordó que ese organismo autorizó el uso de tres insecticidas para el control de la chicharrita que es el insecto vector del Spiroplasma, agente casual del llamado “achaparramiento del maíz”. “Esa será una de las herramientas con las que los productores podrán atacar la plaga”, comentó Páez Márquez.
Respecto de la unificación para comunicar las medidas, los representantes provinciales sugirieron que el Senasa o la Secretaría de Bioeconomía de la Nación se encarguen de esa tarea para evitar la proliferación de datos confusos respecto de la plaga y que, generalmente, llegan a los grupos de WhatsApp de los productores. Asimismo se convino fortalecer los trabajos regionales tanto en materia de control de plagas como de información acerca de las variedades resistentes o tolerantes a la “chicharrita”.
El avance de la plaga no deja de inquietar tanto a funcionarios como a productores, debido a la pérdida que dejará para la temporada en curso. La Bolsa de Cereales de Buenos Aires informó que “con el 22,1% del total cosechado, se estima que el área no cosechable en las zonas afectadas por chicharrita y estrés termo-hídrico, en promedio ascendería a un 17%”. Ahora, la producción proyectada es de 46,5 millones de toneladas, qie implica 3 millones de toneladas por debajo de la anterior estimación.
Según Maizar, la Asociación de Maíz y Sorgo Argentino, las cinco claves del manejo integrado para prevenir el complejo de enfermedades del achaparramiento del maíz son:
1. Monitoreo de las temperaturas invernales para predecir el nivel poblacional al momento de inicio de la campaña (mayores a 10°C favorecen la supervivencia).
2. Control de maíces guachos a fines de invierno-principio de primavera para cortar el ciclo reproductivo.
3. Evitar las siembras escalonadas para cortar el ciclo reproductivo y disminuir la población.
4. Tratamiento de semillas y agroquímicos.
5. Para el control de las enfermedades que transmite, se sugiere la elección de germoplasma tolerante dentro de la paleta de híbridos recomendados para cada zona.
(Fuente: La Gaceta)