La enfermedad fue la más preponderante, sobre todo en lotes que tuvieron fechas de siembras tardías. También se registró mancha anillada y tizón de la hoja, pero en menor medida.
Es necesario evaluar diferentes estrategias para el manejo de las enfermedades vegetales, con el objetivo de contribuir a un sistema de cultivo sustentable en el tiempo y amigable con el medio ambiente, dijo el Ing. Agr. Vicente de Lisi, de la Sección de Fitopatología de la EEAOC.
“En la presente campaña, las enfermedades que más afectaron al cultivo de soja fueron la roya asiática de la soja (Phakopsora pachyrhizi), la mancha anillada (Corynespora cassiicola) y el tizón de la hoja (Cercospora kikuchii), las cuales se presentaron en diferentes momentos, principalmente al final del ciclo del cultivo”.
“La roya fue la enfermedad más importante, especialmente en lotes que tuvieron fechas de siembras tardías, donde se alcanzaron los valores máximos de severidad, llegando a afectar más del 70% del total del área foliar de las plantas, lo que ocasionó las mayores pérdidas de rendimiento”, indicó el investigador.
El empleo de cultivares de soja con baja susceptibilidad a enfermedades es una de las herramientas disponibles para un manejo sustentable. Con el fin de determinar los mejores comportamientos, personal de la sección evaluó seis ensayos de variedades de soja distribuidos en el NOA, encontrándose que cuatro cultivares (Waynasoy, NS 8282 RR, CZ 6505 y Ho 6620 IPRO) presentaron muy buen comportamiento frente a la ‘mancha anillada’ de la soja. Éste constituye un aporte relevante, ya que en los últimos años se viene observando un incremento en la prevalencia y severidad de esta enfermedad en nuestra región.
Respecto al control químico de las enfermedades se evaluaron diversos fungicidas registrados, los cuales fueron aplicados en dos estadios fenológicos diferentes. Para esta campaña se determinó que los tratamientos con Elatus, Orquesta ultra y Ópera, realizados en estadio fenológico R5.4, fueron los que otorgaron un mayor control de las enfermedades, generando incrementos del rendimiento de 269, 255 y 203 kg/ha, respectivamente, teniendo en cuenta costos de producto y de aplicación.
“Para el manejo de las enfermedades del cultivo es importante tener en cuenta todas las estrategias de control disponible, a fin de reducir el número de aplicaciones de fungicidas y, de este modo, disminuir los riesgos de contaminación humana y ambiental, permitiendo obtener un cultivo más sustentable”, destacó De Lisi.
FUENTE: La Gaceta
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