Sin duda alguna los forrajes conservados son recursos que adquirieron notable popularidad en los distintos sistemas de producción animal, pero el silaje se transformó en un componente clave en cualquier esquema de alimentación.
A pesar de que esta práctica se desarrolla desde hace mucho tiempo, en los últimos 14 años sufrió una evolución más que relevante gracias a las tecnologías y maquinarias que se introdujeron en el último período.
La posibilidad de controlar el tamaño y tipo de picado (partido de los granos), marcó el primer paso hacia la evolución de la calidad de los forrajes ensilados, y la organización de las estructuras de almacenajes en función del tamaño de la explotación y tipo de forrajes a conservar, (pasturas, sorgo, maíz, grano húmedo), marcaron el segundo paso con el firme objetivo de hacer los recursos económicos y técnicos más eficientes para aumentar los márgenes de rentabilidad de las empresas ganaderas.
Para analizar el sistema de almacenaje de ensilados en bolsa se deberían considerar dos premisas que a primera vista parecen contradictorias.
- No siempre es necesaria la confección de bolsas para la conservación en forma de silaje.
- Cualquier condición de trabajo es apta para la confección de bolsas de silaje, independientemente del material a ensilar o el tamaño de la explotación que se analice.
Aunque estas afirmaciones parezcan un contrasentido es importante tenerlas en cuenta para la toma de decisiones al momento de la elección del sistema de almacenaje de los silos, ya que siempre que se respeten las condiciones fermentativas, los silos serán de buena calidad.
En este último aspecto es donde la bolsa presenta su gran ventaja, ya que acorta los tiempos de respiración de los forrajes ensilados y facilita las condiciones de anaerobiosis de la masa de forraje ensilada, haciendo más eficiente los procesos fermentativos, favoreciendo el incremento de la calidad final de los silos confeccionados.
Se debe destacar que los forrajes a conservar pueden presentar dificultades para su correcta o eficiente fermentación tales como:
- Baja concentración de hidratos de carbono o baja relación azúcar proteína como los silajes de pasturas.
- Bajo porcentaje de humedad, como cultivos de maíz o sorgo pasados o con alta concentración de grano (muy ventajoso para una dieta energética).
- Forrajes con dificultades en su tamaño de picado, por defectos de la picadora, mala regulación o forraje demasiado seco.
- Forraje sucio con tierra.
Bajo estas dificultades, el sistema de embolsado siempre presenta una ventaja comparativa significativa con respecto a los silos aéreos, debido a su facilidad de lograr anaerobiosis rápidamente y por lo tanto logra las siguientes ventajas:
- Menor tiempo de respiración que se traduce en mayor concentración energética final del silo confeccionado.
- Un descenso de pH más rápido, con una fermentación acética más corta y una estabilización láctica más rápida dando un silaje de mayor concentración energética y más estable durante el período de extracción y suministro.
- Menor desarrollo de hongos y micotoxinas (por su mejor condición de anaerobiosis) en los materiales que presenten dificultades fermentativas.
En líneas generales diremos que cuando hay buenas condiciones fermentativas y de anaerobiosis, cualquier sistema puede ser bueno, y si bien hay posibilidades que se presenten dificultades, el sistema de embolsado presenta grandes ventajas para superarlas, gracias a la capacidad que tiene de lograr con facilidad, una correcta fermentación de los materiales.
Ing. Zoot. Guido Gomez Proto
FUENTE: IPCVA