La Cámara Argentina de Comercio (CAC) le presentó al jefe de Gabinete, Marcos Peña, un documento que revela que los productos nacionales llegan a costar más del 100% que en otros países. Influye la alta carga tributaria, a nivel nacional, provincial y municipal; los costos laborales, financieros y el déficit en infraestructura.
«La presión impositiva es un factor crítico. Pero otros factores relevantes son los costos laborales no salariales, los aportes que el empleado no ve y que van a una bolsa sin fondo», aseguró el titular de la cámara, Jorge Di Fiori, en una conferencia de prensa organizada para presentar el paper. A la vez, el empresario indicó que también «inciden los precios de los insumos básicos, los costos logísticos, problemas de calidad de infraestructura, los costos provenientes del bajo desarrollo del sistema financiero, además de factores tecno productivos vinculados a las tecnologías utilizadas y la escala de los mercados».
Según plantea el informe, que Di Fiori le entregó a Peña en un encuentro a solas, por estos factores un auto cuesta en la Argentina 40% más que en México y 30% más que en Chile; un lavarropas sale 5% más que en Brasil y 23% más que en el país trasandino, y por qué la ropa es 74% más cara que en Chile y 105% más que en los Estados Unidos. El sector farmacéutico, dependiendo qué producto, tiene una diferencia de precio versus la referencia internacional en torno al 50%.
La CAC también estudió las cadenas productivas de la manzana, la leche y el vino. En el primer caso, detectó que la brecha de precio alcanza al 16% debido a la «concentración de la cadena aguas abajo», mientras que en lo que respecta a la leche, las diferencias son menores: 8,7% en comparación con Brasil y 0,9% frente a los valores del producto en Chile. En este rubro, inciden la presión impositiva, los costos de transporte y la alta concentración de la industria (hay 5 empresas con más del 60% de mercado). Con el vino, las brechas son del 31,2% con respecto a Chile y 27,6% versus Australia. Además de los costos logísticos y de infraestructura, la falta de acuerdos comerciales influyó en este caso.
«Hay una distorsión generalizada que debemos corregir si en serio queremos un país distinto y mejor», afirmó Di Fiori, quien además subrayó «hay que analizar sector por sector a los actores que participan de la formación de precios de un producto y ver cómo puede eficientizarse».
«La recuperación de la competitividad es clave para que podamos recuperar a aquellos que viven en la pobreza. Después de las elecciones, el Gobierno tendrá que tomar decisiones de fondo en esta materia», consideró el directivo.
El documento presentado a Peña consta de 181 páginas y analiza el impacto de los costos mencionados en los cinco rubros más representativos de la Canasta Básica Total (la que determina la línea de pobreza). Para la CAC, el problema de la falta de competitividad no debe resolverse con devaluaciones periódicas, ya que «demostró reiteradamente ser ineficaz para la economía y la sociedad en el corto y largo plazo, al acelerar los precios, generar volatilidad macroeconómica y resentir el consumo y las inversiones». Por lo tanto, agregó la entidad, el enfoque para atacar los problemas debe ser microeconómico.
Fuente: edicionrural.com
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