El día 2 de Julio se celebra en Argentina el Día Nacional de la Avicultura. Desde Suena a Campo saludamos a todos los que dedican su día a día a esta actividad que tanto trabajo genera en la provincia y el país.
Saludamos además, al Ing. Zoot. y asesor avícola Marcos Auat, quien, en entrevista con la periodista Gabriela Medina informó que todos los 2 de julio desde el año 1957 se reconoce este día en conmemoración de la fundación del pueblo San José hace más de un siglo atrás.
“En el año 1857 en la provincia de Entre Ríos, el, en ese entonces, presidente Justo José de Urquiza fundó el pueblo de San José para recibir a una colonia de suizos y franceses que llegaron al país. Se tomó ese día para celebrar el día de la avicultura ya que dicha colonia fue cuna de la avicultura nacional” añadió.
Los mencionados inmigrantes trajeron a estas tierras la cultura avícola, lo que dio lugar a los primeros pasos de lo que luego sería una actividad totalmente innovadora para Sudamérica. El Litoral argentino fue pionero en la avicultura nacional trasladando los conocimientos a los primeros productores de Brasil que hoy en día cuenta con una producción avícola cinco veces mayor que Argentina.
La avicultura se extendió desde suelos entrerrianos a otras zonas de nuestro país. Esta provincia junto a Buenos Aires, conforman hoy en día el polo avícola nacional más importante cuantitativamente.
Pero, además, otros sectores de Argentina como Santa Fe, Córdoba y Salta han continuado desarrollándose en la actividad y hoy presentan un importante crecimiento en volumen de producción.
Según el ingeniero, la avicultura es una de las actividades que más valor agregado aporta a los productos del campo. “La cultura agroexportadora de Argentina produjo una gran brecha en la distribución de la riqueza concentrándose ésta en la zona pampeana y en pocas manos. A raíz de eso surgieron otras actividades para hacerle frente a esa mala distribución, y entre ellas las actividades avícola y porcina jugaron un rol muy importante, más aún que la producción ganadera bovina en zonas postergadas” expresó.
Además, añadió que ambas producciones generan mano de obra y aportan valor agregado al sector primario de los granos y, sin duda, posibilidades de negocio a largo plazo.
La avicultura en tiempos de pandemia
El especialista expresó que, pese a las dificultades que se han presentado en la libre circulación, en Tucumán no ha habido desabastecimientos de insumos avícolas, por lo que se ha podido continuar normalmente con la cadena productiva.
Comentó también, que en los últimos meses se ha registrado una recomposición en el sector, especialmente en la producción de huevo que venía desde hace meses con un precio muy desfavorable, y en la actualidad esos valores resultan más interesantes para el bolsillo del productor.
La carne de pollo y el huevo no son los únicos productos de la avicultura. De la industrialización de esta actividad deriva un catálogo de productos que han sido registrados en el CAA (Código Alimentario Argentino).
Por un lado, existen productos derivados de la avicultura para carne. Esta producción tuvo un gran desarrollo del sector industrial al punto de que, en la década del 90, el 85% del pollo que se consumía era pollo entero, así llegaba a los hogares. Hoy estamos por debajo del 40% del consumo del pollo entero y existen más de 17 partes de él con denominación de producto como ser, la patamuslo o pata y muslo separados, las pechugas interiores y exteriores, los tarcitos, las menudencias, el espinazo del pollo. Y entre los industrializados se puede mencionar una infinidad de productos que derivan de procesos a los que se somete la carne de pollo inclusive mezclados con proteína vegetal como la soja.
Existen además, productos de exportación desconocidos por los argentinos como ser la garra de pollo que tiene un mercado internacional importante en países del sudoeste asiático, las vísceras, la sangre y las plumas que conforman un producto llamado complejo animal son ampliamente utilizados como materia prima en la elaboración de alimentos para animales.
Por otro lado, de la industrialización del huevo derivan productos como el huevo deshidratado en polvo, yemas en polvo, claras en polvo y huevo líquido utilizados como materia prima en la industria.
“En el país el sector industrial alimenticio, el sector harinero, el sector de las golosinas y de algunas bebidas e inclusive cosméticos se llevan la gran mayoría del huevo procesado alrededor de un 90%. Ya sea líquido o deshidratado. El resto se consume como huevo fresco y la exportación es un segmento que existe en Argentina, pero todavía le falta muchísimo por desarrollar. Si bien nuestro país exporta productos avícolas a más de 50 naciones, en la balanza comercial de pagos aún aporta poco respecto a otras actividades” explicó Auat.
Finalmente expresó que la actividad avícola va a continuar en crecimiento debido a que la demanda continúa siendo el motor principal de la actividad, especialmente en regiones como el Noa.