Un mes atrás se comenzaba a alertar los riesgos que implicaría el inicio de una primavera seca para la ganadería y el factor climático, en especial para zonas que debieron transitar un invierno ya muy severo donde la combinación de falta de lluvias y bajas temperaturas, arrasó la escasa oferta forrajera disponible durante este período.
Pasó el mes de septiembre con algunos aportes interesantes de precipitaciones para zonas del centro y oeste bonaerense, La Pampa y sectores muy limitados del sudeste de Córdoba. Sin embargo, el resto de la provincia mediterránea, gran parte del Litoral, el NEA y el NOA siguen sin recibir lluvias, configurando uno de los períodos más secos de los últimos 60 años.
Sumado a ello, continúa extendiéndose una ola de incendios forestales sin precedentes que, de acuerdo a lo confirmado por el Ministerio de Ambiente de la Nación, ya ha alcanzado a 13 provincias con focos activos en 11 de ellas: Santa Fe, Entre Ríos, Córdoba, San Luis, Jujuy, Tucumán, Salta, Catamarca, Corrientes, Misiones y Chaco.
Además del impacto medioambiental que ello genera, existe un impacto directo sobre la producción ganadera por mortandad de animales, falta de acceso al forraje y aguadas ,que se suman a los daños ocasionados en las instalaciones necesarias para el manejo de la hacienda.
Baja el nivel de forrajes
De acuerdo a un informe elaborado en julio de este año por la Subsecretaria de Ganadería de la Nación en base a los datos obtenidos por el Sistema de Monitoreo de Recursos Forrajeros, ya se podía apreciar un inverno bajo condiciones muy contrastantes entre los 143 partidos monitoreados.
Claramente, las implicancias que esto tiene para las categorías de los rodeos de cría difieren según la zona que se considere. Según señala este mismo informe, en el caso de los rodeos en la provincia de Buenos Aires, la mayoría de los establecimientos no debería haber tenido dificultades para recuperar el estado de sus rodeos para el próximo servicio.
En cambio, en la otra gran zona de producción de terneros -el NEA-, aun cuando los servicios pueden ser más tardíos que en la zona sur, puede estimarse que la mayor parte de los rodeos no podrá recuperar la condición corporal. A no ser que haya un cambio sustancial del estado y productividad de los campos naturales, cambio que sin dudas no se produjo.
Qué ocurre ahora
Transcurridos ya los primeros 10 días de octubre, período en el que -de acuerdo a los pronósticos vigentes un mes atrás- debería haberse iniciado una paulatina recomposición de las lluvias, gran parte de la franja oeste del territorio nacional continúa transitando una situación altamente deficitaria en términos de índice verde.
“Cuando analizamos los datos de faena de los últimos meses -señála el informe- notamos un cambio virtuoso en términos de reducción de faena de hembras a menos del 45%, luego de haber estado fluctuando en los umbrales de lo que se consideraría un principio de liquidación, con el 52,4% en abril/mayo de 2019”.
“Sin embargo, si analizamos la faena de hembras en una apertura por provincia -aun asumiendo el movimiento interprovincial existente para este destinocomienza a observarse -en especial en las zonas más comprometidas por la sequía- una tendencia a la liberación de los campos que, en cierto modo, rompe el patrón esperable para esta época del año”.
Los productores expectantes
Sucede que, ante semejante contingencia, muchos productores están optando por anticipar los destetes, deshacerse de los vientres menos productivos e incluso liberar las invernadas antes de su terminación óptima.
Los escenarios climáticos actuales indican el sostenimiento de las condiciones secas durante el último trimestre del año, en especial sobre las áreas más afectadas.
Ante este panorama, es muy factible esperar que el próximo recuento de stock que se realizará a fin de año, muestre mermas importantes en varias provincias ganaderas del centro y norte del país.
En este sentido, diciembre nos entregará el número de animales que lograrán retener los campos mientas que la foto de marzo exhibirá el fruto de los servicios, en una de las primaveras más severas de las últimas décadas.
Fuente: el ABC rural